Operación contra una red de falsificación de carnés de conducir en la DGT: ya hay 300 detenidos
Los Mossos y Policía Nacional ya han efectuado 300 detenciones entre los miembros de la cúpula y los beneficiarios y se esperan cientos de ellas más
Girona
Macrooperación en marcha de los Mossos y la Policía Nacional contra una red dedicada a crear y vender más de un millar de carnés de conducir utilizando las bases de datos de la DGT. Se investiga uno de sus informáticos de la DGT en Girona por haber creado estos documentos y activarlos a través de una aplicación que la propia Dirección General de Tráfico. Ya se han efectuado 300 detenciones y la operación se va a saldar con cientos de detenidos más.
Agentes del Área de Investigación Criminal de Girona en una operación conjunta con agentes del Grupo V de la Policía Nacional en Barcelona y de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras están haciendo varias entradas y registros, por orden del juzgado de instrucción número 1 de Girona, para desarticular la cúpula de esta organización formada por un informático que trabaja en la Dirección General de Tráfico de Girona que suministraba supuestamente carnés de conducir fraudulentos a otro hombre, líder del grupo, que conseguía los compradores. La mayoría de registros se están haciendo en la provincia de Girona, en S'Agaró (donde vive el informático), en Quart (domicilio del intermediario entre los compradores y el trabajador de la DGT), y también en Vic (donde vive la red básica que suministraba conductores).
Un millón de carnés distribuidos
Según ha podido saber la Cadena SER, se sospecha que pueden haber distribuido más de un millar de carnés, sobre todo entre ciudadanos de origen marroquí y paquistaní que simulaban un canje de carnés de terceros países por uno español y así conseguían tener permiso. También compraban puntos que habían perdido o conseguían el carné si lo habían perdido por alguna infracción grave. El informático tenía acceso a todas las bases de datos y creaba estos carnés de conducir para beneficiarios que pagaban entre 3.000 euros y 15.000 en función del número de licencias que pedían. Uno de los principales investigados estaba en contacto con otras personas que le facilitaban los datos personales de los compradores de los carnés.
De este modo, salían a la carretera al volante de un vehículo sin ninguna formación, ni haber pasado ningún examen teórico, ni práctico y sin haber hecho la evaluación médica pertinente. Los investigadores intentan saber cuánto dinero han movido los principales implicados en esta trama. El dispositivo policial, llamado Loki, pretende desarticular la cúpula e identificar también los beneficiarios que compraron carnés fraudulentos en los últimos meses. Los investigados están acusados, entre otros delitos, de falsedad documental y cohecho.
Ahora, la DGT deberá revisar todas las bases de datos del sistema y ver qué mecanismos y protocolos internos han fallado para que este grupo haya logrado crear tantos carnés nuevos sin levantar sospechas.