De profesión escritor: tres de los autores en castellano más reconocidos a nivel mundial han pasado por Madrid

Madrid

La prestigiosa revista literaria Granta ha vuelto a publicar -tras una década de parón- su lista de mejores autores en español menores de 35 años. Varios de ellos han vivido o viven en Madrid. Aquí han desarrollado el grueso de su trayectoria, pero ¿Cómo es ese camino para los que quieren dedicar su profesión a la escritura?

Para adentrarnos en el ese camino, nos ha acompañado Mónica Ojeda, autora de ‘Las voladoras’. Seleccionado como una de las novelas del 2020 por El País o The New York Times y ganadora, entre otros, del premio ALBA Narrativa.

Esta joven escritora ecuatoriana ha vinculado su carrera a Madrid al elegirla como lugar de residencia y de creación. Comparte una buhardilla en el barrio de Las Letras con el también escritor, y miembro de la lista de Granta, Alejandro Morellón. Pero para sorpresa de algunos, Madrid no fue para ella esa gran ciudad de acogida: “Madrid es realmente una ciudad dura con los extranjeros, no es muy acogedora y la precariedad de los escritores está muy generalizada. Son muy pocos los que pueden vivir de ella”, explica.

Una experiencia con la profesión que comparte también Morellón y Munir Hachemi, el tercero de los jóvenes que nos ha acompañado. Autor de ‘Cosas Vivas’, Munir intentó hacer de Madrid su ciudad de acogida, pero la realidad hizo que Granada -su ciudad natal- continue siendo su opción por la situación económica. Lo más cerca que estuvo de poder alquilar un piso en la ciudad fue cuando malvivió en un local comercial de Antón Martín con su padre: “teníamos una cama, una cocina y una ducha detrás de la tienda”. Eso era todo para conseguir el sueño de ser escritor. Un sueño que Hachemi cree que no cabe dentro del sistema productivo en el que vivimos: “nadie puede escribir 8 horas al día, en esto no hay tiempos”. Por eso está convencido de que “quienes escriben lo hacen a pesar del ambiente que hay respecto a la situación de la cultura”.

Una situación que suma a denunciar Merellón, quien ve en los reconocimientos y premios literarios -él ha recibido el Gabriel García Márquez- como “un flotador en medio del naufragio que te permiten salir adelante”. Y aunque las perspectivas de los jóvenes escritores -y en cualquier sector- parecen devastadoras, la clave siempre será poner pasión y estar bien formado. “Aunque sea polémico, estudiar tampoco ha demostrado ser una salida viable para muchos jóvenes”, reflexiona, “pero lo que sí necesitan es mucha experiencia con la pablara, leer muchísimo”.

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Un 32% de paro juvenil en la Comunidad de Madrid puede desalentar a los jóvenes. Como apunta Mónica Ojeda “hay una tendencia a idealizar cualquier tiempo pasado”, pero la falta de oportunidades, el paro y una pandemia que parece que no tener fin, ha llevado a algunos a desafiar incluso normas que nos protegen a todos. “Se ha creado un nihilismo entre los jóvenes que quizás desemboca en estos botellones que vemos”, comenta la escrita, “si los jóvenes no ven un futuro, ni cómo construirlo, qué más da si me enfermo y muero”. Un sentimiento de desencanto que estos autores muestran en sus novelas y que puede estar ocultando problemas más profundos ya enquistados en este grupo de población.