El bar preocupa más que millones de ingleses

Palma

Buenos días. En un mismo viernes de la semana pasada coincidieron dos noticias de impacto.

En el ámbito más privado, el Govern publicó los horarios y reglas de funcionamiento de bares y restaurantes tras el estado de alarma.

Desde Londres, el Gobierno de Boris Johnson nos comunicaba que éramos un destino vacacional non grato, condenados al amarillo al igual que todo el Mediterráneo europeo.

La condena temporal del Reino Unido supone un mazazo para la economía balear asfixiada en el segundo año de la pandemia, y demuestra que las restricciones no han tenido premio, en la versión más moderada.

En enclaves concretos como Menorca, la deserción de los ingleses adquiere proporciones dramáticas.

Sin embargo, los datos de audiencia digital demuestran que la atención de los ciudadanos se concentró en descifrar los horarios de bares y terrazas.

La parálisis del turismo británico ocupó una discreta segunda posición.

Averiguar dónde podemos cenar esta noche y en qué condiciones nos sigue preocupando más que saber si mañana tendremos algo que cenar.

Si ahora esperan una moraleja, les sorprenderé diciendo que es preferible preocuparse de lo inmediato en nuestras manos antes que de lo alejado que no podemos solucionar.