Sociedad

Aparecen cuatro zorros ahogados en una balsa de riego del Centro de Educación Ambiental de la Comunitat

Adensva ha presentado a la Generalitat Valenciana un borrador legislativo que contempla medidas para evitar ahogamientos de fauna

Zorros ahogados en el Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana. / Adensva

Valencia

La Asociación para la Defensa de la Naturaleza al Sur de Valencia (Adensva) ha tenido conocimiento de que a finales del mes de abril, uno de los visitantes del Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana (CEACV) detectó la presencia de al menos cuatro zorros flotando ahogados en una balsa de riego perteneciente al propio centro. El CEACV, situado en el municipio de Sagunto, es una instalación perteneciente a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.

Adensva explica en el comunicado que para cualquier animal silvestre, la existencia de puntos de agua en su territorio supone un punto de atracción para cubrir necesidades vitales. "En la Comunitat Valenciana existen más de 3.500 balsas de riego, depósitos descubiertos o canales por donde discurre el agua. La mayoría de ellos no cuentan con dispositivos de seguridad que faciliten la salida de fauna silvestre que acceda voluntaria o accidentalmente atraída por la presencia de agua, por lo que al tener paredes verticales o muy resbaladizas, les resulta imposible salir y mueren ahogados o atrapados en su interior".

Los datos oficiales publicados por la Conselleria revelan que varios centenares de animales han sido hallados ahogados en los últimos años en las tres provincias de la Comunitat Valenciana. Esta causa de muerte, afirma Adensva, está afectando a todo tipo de especies, incluso las más amenazadas. Varias águilas perdiceras radiomarcadas han perdido la vida en los últimos años por esta causa, lo cual "es una clara muestra de que los ahogamientos son una importante amenaza para las aves rapaces. También otros grupos de fauna se ven afectados".

Se lamenta Anedva de que no exista un protocolo de revisiones sistemáticas para detectar los ahogamientos de fauna. Además, los cadáveres de animales ahogados permanecen unos pocos días flotando, tras lo cual se hunden y dejan de ser visibles. Se conoce el caso ocurrido en 2020 en una balsa de la provincia de Valencia, en el que se podían observar unos pocos animales flotando, pero una vez vaciada la balsa aparecieron en el fondo los restos de más de 40 cadáveres de garduñas, zorros, ginetas, tejones, conejos, gatos monteses e incluso aves rapaces. Por ello, esta organización estima que "las cifras reales de fauna ahogada en los últimos años podría elevarse a varios miles de ejemplares".

Para Anedsva, en relación a este problema, y mucho más grave, es la falta de seguridad para las personas que también mueren ahogadas en este tipo de infraestructuras. La ausencia de dispositivos de salida en infraestructuras hidráulicas causa la muerte de varias personas todos los años. Periódicamente aparecen noticias de personas que han muerto ahogadas intentando salvar a su perro que había caído dentro de una de estas balsas, o de niños ahogados por caídas accidentales. A pesar de estos dramáticos y repetidos hechos, esta organización se sorprende de que no se tomen medidas eficaces generalizadas para evitar la muerte de fauna y de personas.

Piensa Anedsvad que "este grave problema medioambiental y de seguridad pública, tendría fácil solución con la aprobación de una norma específica que estableciera la obligación de adoptar medidas antiahogamiento adaptadas a las características de cada infraestructura. Principalmente la instalación de rampas u otros mecanismos eficaces para que cualquier animal o persona que acceda a su interior pueda salir". Si bien la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental establece una obligación genérica de evitar y prevenir los daños ambientales ocasionados por todo tipo de instalaciones, en algunas ocasiones se muestra completamente necesario el desarrollo legislativo que marque los mecanismos más adecuados para su consecución.

En este sentido, el pasado mes de febrero Adensva mantuvo una reunión con el Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat Valenciana para tratar esta problemática. En la reunión, Adensva hizo entrega de la propuesta de un borrador legislativo que contemplaba el desarrollo de la Ley de Responsabilidad Medioambiental para poner fin a esta causa de mortalidad. El resultado fue "decepcionante", ya que en palabras del jefe de dicho departamento medioambiental, "esta causa de mortalidad de fauna no se considera prioritaria". Por ello, al parecer descartan elaborar una norma que establezca medidas preventivas de carácter general para todas las infraestructuras hidráulicas, actuando únicamente de manera puntual requiriendo la adopción de medidas después de cada muerte. Desde Adensva se preguntan "qué prioridades debe tener el Servicio de Vida Silvestre, si no son las de reducir eficazmente todas las amenazas que afectan y causan la muerte a las especies de fauna silvestre".

En opinión de Adensva, la existencia de una balsa sin elementos antiahogamiento en el Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana (CEACV), no es un hecho aislado. Alrededor del 40% de las balsas contraincendios que gestiona la misma Conselleria, carecen de rampas para evitar la muerte de fauna.

La Conselleria trabaja en una solución

Por su parte, fuentes de la Conselleria de Transición Ecológica han explicado que el problema de esta balsa ya está resuelto. La instalación tenía un sistema de rampas que, no obstante, falló. Lo que dio lugar al fatal accidente. Tras conocerse los hechos, se pusieron en contacto con el servicio de Vida Silvestre para estudiar cómo solucionar el problema, lo que se consiguió al día siguiente. 

Por otra parte están trabajando en un calendario de adecuación de los depósitos más antiguos para que estén todos habilitados antes de finales de 2022.

En cuanto a los depósitos de titularidad privada, la Conselleria también busca alternativas para incentivar o establecer recomendaciones para que las balsas de los regantes que no dispongan de estos sistemas puedan tenerlos.  

En cuanto al número de animales que han fallecido ahogados en balsas, la Conselleria reduce la cifra a una treintena cada año.  

 
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