Abandono y bunkerización de la seguridad social

Albacete

La seguridad social se debilita en la provincia de Albacete, donde 7 de sus 13 oficinas están en riesgo de desaparecer. La situación en el resto de Castilla-La Mancha es igualmente alarmante: en Cuenca desparecerán 4 de sus 6 oficinas, en Guadalajara y Ciudad Real la mitad de las que ahora existen y en Toledo un tercio.

Los recortes de plantilla que se han producido en los últimos años y que no se han revertido, son la causa de esta situación: oficinas cerradas porque tienen tan poco personal que cierran cuando alguien se pone enfermo o se va de vacaciones; oficinas abiertas, pero en las que resulta imposible entrar o conseguir una cita; oficinas en las que cada vez resulta más difícil lograr ser atendido por alguien. Y todo ello, en un servicio público que, además de encargarse de tramitar las jubilaciones o las prestaciones por discapacidad, también es responsable de gestionar el Ingreso Mínimo Vital, cuya gestión se privatizó a la empresa Tragsa, y que lejos de facilitar su tramitación a las personas más empobrecidas y vulnerabilizadas, lo que ha hecho ha sido dificultar el proceso mediante una maraña inexplicable y creciente de trabas burocráticas.

Oficinas de la seguridad social donde un guardia de seguridad que impide la entrada es el único contacto humano posible. Oficinas de la seguridad social que más que un servicio público a La ciudadanía, cada vez se parecen más a un búnker donde no se puede ni entrar a preguntar.

La digitalización que se nos vende como facilitadora de los trámites a los ciudadanos, está resultando una auténtica tomadura de pelo (por decirlo suavemente): y si no, que alguna de nuestras oyentes intente tramitar el IMV. Yo, les confieso, lo he intentado a modo de ensayo para ver cuán dificultoso es el procedimiento, y no he conseguido pasar de la segunda página del formulario.

El ministro de Albacete que hay en el gobierno es, precisamente, el de seguridad social, el señor Escrivá que en lugar de avanzar soluciones, lo que hace es empedrar más un tortuoso camino que, lejos de vertebrar el territorio, lo vacía de servicios públicos fundamentales.