La firma de Rosa Alcubilla: "Mundo incierto"

Aranda de Duero

Por fin se acabó el Estado de Alarma. Nos apetece visitar a la familia, viajar a otras comunidades. Y hay quienes hasta soñamos con salir fuera de España. Pero sigue habiendo mucha confusión e incertidumbre. ¿Podemos sentarnos en una terraza?.¿Y en un interior?. ¿Y en grupos de cuántos?.¿Cuáles son las nuevas restricciones? ¿Cuándo me tocará vacunarme? El mes de Mayo antes era sinónimo de comuniones, bodas, San Isidro Labrador. Pero, todo es incierto. Pensaba que a estas alturas ya estaríamos inmersos en la alegría prevacacional y festiva. Pero seguimos desubicados. Vivimos en terreno muy desconocido y resbaladizo. Antes, conocíamos lo que era el riesgo. Y lo asumíamos. Y lo manejábamos, porque sabíamos a qué nos enfrentábamos. Queremos tener siempre todo controlado.

Me pregunto si esta relativa salida de aquella zona de confort a la que, sobre todo en Europa, nos habíamos acostumbrado, servirá para que nos hagamos más conscientes de que fuera de este continente más de la mitad de la población mundial pasa toda su vida con incertidumbre, precariedad, falta de un futuro estable, con inseguridad, con inquietud, desasosiego y dudas.

En estos días han sido colombianos de nuestra localidad los que nos convocaron a una concentración de apoyo a su gente por los graves enfrentamientos que están sucediendo allí. Además, los medios de comunicación nos muestran duras imágenes de la India, donde apenas hay cobertura pública sanitaria. Y, qué decir de los bombardeos y violencia en Israel y Palestina, y su falta real de libertad, y la pasividad internacional. Pero, sin salir de España, las colas del hambre, los comedores y despensas solidarias, se están instalando en nuestras grandes ciudades.

¿Me servirá al menos esta incertidumbre respecto al futuro para ser más comprensiva, más tolerante, más flexible y al mismo tiempo más resistente como el bambú ?. Viktor Frankl, el gran psicoanalista autor de "El hombre en busca de sentido", que sobrevivió a los campos de concentración nazis, defendía recordando su experiencia que se puede vivir en la incertidumbre siempre que se tenga un porqué para continuar. Ahora, ochenta años después de aquel horror, cuando una simple partícula ha golpeado y maniatado a la población mundial, quisiera pensar que al abrirnos los ojos mostrándonos nuestra vulnerabilidad, nos pueda hacer también más humildes, menos competitivos y más solidarios. Nuestros mayores llevan mejor esta situación, han entendido el mensaje, no les es nuevo, porque ya vivieron en el pasado el mundo sin certezas y navegaron en un mar de dudas. No nos queda otra que recordar lo que cantaba John Lennon de que "la vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes"