Triste Calle Mayor

Palencia

Es más que urgente empezar a tomar decisiones al respecto del preocupante panorama que presenta nuestra Calle Mayor.

Un paseo por la arteria principal de nuestra capital resulta ciertamente triste viendo como se suceden los carteles de cerrado, liquidación, traspaso, en venta... A los cierres que se han producido durante los últimos meses, se sumará en breve, el de otra franquicia que dejará un nuevo local de grandes dimensiones, vacío. Una nueva persiana que bajará para no volver a levantarse.

Repito, triste.

Recuerdo cuando hace unos años, no tantos, nuestra Calle Mayor era la zona principal de compras. Negocios diversos que nos ofrecían todas las posibilidades para adquirir productos de todo tipo.

Recuerdo también cuando, no hace tantos años, se planteó la opción de peatonalizarla y como inicialmente este proyecto contó con la oposición de parte de la población. Visto después el resultado y con perspectiva se demostró que fue todo un acierto. La Calle Mayor ganó en todo, se volvió un lugar maravilloso para pasearlo, para vivirlo, para hacer compras sin andar pendiente de coches y de carreteras. Bajo mi punto de vista todo un acierto. De hecho creo que a todas las personas que la conocimos con tráfico nos cuesta acordarnos de aquellas época en la no estaba peatonalizada.

La actual realidad es bien diferente. Locales, muchos, y en muchos casos de gran tamaño libres. Locales que difícilmente, podrán ser alquilados para montar negocios medianos o pequeños. Su destino a corto y medio plazo es por tanto seguir vacíos con lo que ello conlleva para la imagen de la calle Mayor y, por supuesto, para el tejido económico de nuestra capital.

Sinceramente no sé cual es la solución pero lo que si tengo meridianamente claro es que nuestras autoridades deberían darle una vuelta a este asunto. Se están alzando varias voces al respecto y se están planteando algunas ideas que pueden resultar interesantes, veremos si finalmente son viables. Repito. No sé cual es la mejor. Pero lo único que no es una opción es quedarse con los brazos cruzados.

No puedo sacudirme la sensación de que esta ciudad se van cerrando poquito a poquito y hemos de ser capaces de hacer algo para buscar una alternativa a esta dolorosa sangría.

El cambio en las formas de comprar, con el evidente y también imparable ascenso de internet y el último año, con esta maldita pandemia, no han ayudado en nada, eso está claro.

Pero estas mismas circunstancias se han vivido en todas las ciudad y, sin embargo, los resultados no han sido tan nefastos como en la nuestra.

Hay que ponerse las pilas pero ya...no hay tiempo que perder.

A quién corresponda.