Informe 22: Paseos por la Zaragoza de las mujeres
Redescubrimos la ciudad tras las huellas de las mujeres que han dejado su rastro en Zaragoza
Zaragoza
Hoy en la Unidad de Vigilancia Sexista nos fijamos en los folletos que ha presentado esta semana la concejala de Igualdad de Zaragoza, con rutas que invitan a redescubrir la ciudad con una mirada feminista.
UDV Sexista. Informe 22. Paseos por la ciudad de las mujeres
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La mayoría de los nombres de calles o plazas que homenajean a personajes históricos de Zaragoza siguen siendo nombres de personajes masculinos, pero siempre hemos tenido en el callejero a algunas mujeres. Entre las más conocidas, estarían, por ejemplo, como recuerda Concha Gaudó Gaudó, una de las autoras del libro Paseos por la Zaragoza de las mujeres, "la Reina Petronila, única reina por derecho propio en Aragón, que da nombre a una calle del barrio Oliver". También tienen calle en la ciudad la "Madre Rafols, donde se refleja el trabajo de numerosas médicas y enfermeras que nos han atendido durante la pandemia" o "Josefa Amar y Borbón, cuyo deseo, "educad a las mujeres", han cumplido con gran esfuerzo las maestras y maestros en aulas ventiladas y enmascaradas".
Hay más nombres de mujeres, no sólo zaragozanas, en el barrio de Santa Isabel, con muchas calles dedicadas a maestras. Y en Actur-Rey Fernando, nos encontramos calles de escritoras: Rosa Chacel, Flora Tristán, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Clara Campoamor... Otra de las autoras de Paseos por la Zaragoza de las mujeres, Inocencia Torres Martínez destaca subraya que en la ciudad tenemos una calle dedicada a la filósofa María Zambrano, cuyo "pensamiento es nombrado como la razón poética; pensar es, ante todo, descifrar lo que se siente, un constante ir y venir desde la soledad, desde un cierto delirio, desde la ensoñación... para que se abran los abismos del ser, de la vida y de la muerte".
Sin embargo, otras mujeres que dan nombre a calles de Zaragoza son más desconocidas. ¿Quién fue la mujer que da nombre a la calle Reina Felicia, en La Almozara? Cristina Baselga Mantecón, otra de las autoras del libro, explica que "esposa de Sancho Ramírez y madre de tres reyes -Fernando, Alfonso I El Batallador y Ramiro II-, gracias a su dote se amplió considerablemente el territorio del reino y fue también una gran promotora de la cultura en una corte medieval".
Más allá de los rótulos
De todas formas, en los paseos por Zaragoza, nos encontramos huellas de mujeres no sólo en rótulos de los nombres de las calles o plazas. Nos tenemos que fijar, por ejemplo, en quién se encarga de custodiar el edificio Paraninfo: es Atenea, la encarnación divina de la ciencia y la sabiduría. La escritora Irene Vallejo subraya que "los antiguos griegos imaginaron el rostro de la sabiduría con los rasgos de una mujer, Atenea". Sin embargo, continúa la escritora, "en el día a día las mujeres estaban obligadas a permanecer encerradas en el hogar, enclaustradas en el gineceo y tenían cerrado el acceso a la academia, al debate público, a la vida del saber y de la inquietud".
Más huellas femeninas de la cultura griega en otro edificio que también hemos visto todos mil veces, pero con un detalle en el que quizá no siempre nos hemos fijado: el Teatro Principal y su representación de las cuatro musas originales de la mitología. Cristina Yáñez, empresaria, directora y actriz de teatro, destaca que "Zaragoza tiene mujeres pioneras en el teatro, que son Pilar Laveaga y Pilar Delgado, que abrieron el camino a muchas que han ido después". Yáñez apunta que "desde ese momento, actualmente, la mayor parte de las gentes que se dedican al teatro en esta ciudad son mujeres".
Sólo en el recuerdo
Más difícil todavía es encontrar "la Zaragoza de las mujeres" en espacios en los que, en principio, visualmente no encontramos sus huellas. Por ejemplo, hay muchas historias de mujeres obreras escondidas en el edificio de la fábrica de Galletas Patria, un edificio de ladrillo vista, amarillo, que está en la Avenida Cataluña, casi enfrente de Casa Solans.
Otras mujeres obreras, las del Centro de San Voto están detrás del nacimiento del histórico club deportivo del Estadio Miralbueno El Olivar. Y también veremos el trabajo de muchas mujeres si miramos con otros ojos la Casa Grande, el Hospital Miguel Servet, donde han nacido miles de zaragozanos y zaragozanas atendidos, principalmente, por mujeres.
Otra autora del libro Paseos por la Zaragoza de las mujeres, Carmen Romeo Pemán, pone un ejemplo más: el rastro de la zaragozana Pilar Lana. "En la segunda mitad del siglo XIX", explica, "Pilar Lana fue la primera gran empresaria aragonesa y, quizá, la primera gran empresaria de España". "Esta mujer emprendedora introdujo la máquina de vapor en sus tres fábricas de corsés, que estuvieron en la calle de San Voto, en la calle del Cinco de marzo y en el Camino de Las Torres, donde tenía también una fábrica de hielo y otra de chocolate". Además, "colaboró económicamente con el Hospital de Soldados Transeúntes que tenía la Cruz Roja junto a la Estación del Norte para atender a los soldados heridos que llegaban de Cuba y Filipinas", añade Romeo Pemán.
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