La voluntaria y el Guardia Civil

Palencia

Hemos vuelto a tener unos días difíciles. La crisis con Marruecos ha tenido en vilo a toda nuestra sociedad. Una vez más se juega con las personas más débiles, los pobres, los niños, los jóvenes...que no tiene lo necesario para vivir con dignidad. El pobre sigue molestando, algunos lo ven como una amenaza, la mayor arma de destrucción masiva para nuestra sociedad europea. Los discursos populistas nos hablan de crear grandes muros frente a estas personas cuya única arma es su cansancio, sus lágrimas, su hambre, su extenuación... Marruecos, ese gran país democrático, utiliza a los más débiles para ajustar cuentas contra nuestro país.

A mí no me gustaría estar en la piel de ninguna de esas personas que arriesgan su propia vida buscando un futuro mejor. Algunos fallecen, otros son deportados, muchos son rechazados, algunos de ellos son explotados, para algunos colectivos es nuestra mayor amenaza. .

Se nos olvida que son personas, lo más sagrado que tenemos en nuestro mundo. Si los diversos países del Norte hubieran cumplido los compromisos que adquirieron hace mucho tiempo, seguramente no tendríamos que ver estos flujos migratorios. No nos podemos olvidar que la mayoría de los Objetivos del Milenio han quedado en saco roto. Objetivos que firmaron la mayoría de las naciones en la ONU.

Creo que tenemos que apostar por una justicia equitativa. Podemos ayudar a la vez a los nuestros y a los que viven en otros países en situaciones de exclusión provocadas en muchas ocasiones por nuestros países occidentales.

Una vez más nuestros partidos políticos utilizan esta crisis para tirarse los trastos a la cabeza. Cada vez veo más difícil que nuestros dirigentes apuesten por lo que nos une, por esos grandes pactos de Estado que tanto necesita nuestro país.

Una vez más nuestras fuerzas de Seguridad del Estado y los voluntarios de la Cruz Roja han demostrado la grandeza de nuestra sociedad. La imagen del guardia civil, rescatando a un bebé del mar, y una chica en prácticas de Cruz Roja, muy joven, dando calor a un inmigrante recién llegado, muerto de frío y de miedo, nos muestran la verdadera imagen de nuestra nación y de nuestra sociedad.

Este guardia civil y esta voluntaria tienen una visión más positiva del mundo en el que vivimos ya que ellos trabajan para mejorarlo. Tienen más esperanza debido a que ven como gracias a su trabajo hay cambios de la realidad, es un pequeño aporte pero que crece y se multiplica.

Quizá lo único por lo que se les pueda identificar es, en definitiva, por la alegría profunda que provoca el saber que lo realizado es por y para otros.

¡Cuántas personas buenas nos rodean! ¡Cuánta gente dedica parte de su vida a ayudar a mucha gente cada día de una manera libre y desinteresada!

Nos los encontramos en todas las facetas de la vida. ¡Cuántos hombres y mujeres regalan tiempo, confidencias, esfuerzos, lágrimas, vida, historias...! Gente diversa, que desde sus propios valores y creencias intentan construir un mundo más justo, más sostenible, más humano; hacer más fácil y mejor la vida a los demás.

Gracias a nuestras fuerzas de seguridad, a los voluntarios de Cruz Roja y de Caritas que en Ceuta y Melilla cuidan a los más pobres, los olvidados por nuestro mundo.