Los policías aseguran que los acusados del crimen de Cáseda intentaron huir
El padre, han indicado, salió del vehículo diciendo "que ha sido él y que sus hijos no han tenido nada que ver"
Pamplona
Los agentes de la Policía Foral que interceptaron a los acusados del crimen de Cáseda han asegurado que, cuando los presuntos autores detectaron su presencia, intentaron huir y comenzó una persecución de aproximadamente cinco kilómetros hasta que, al ver que no podían escapar, frenaron y se entregaron.
Según ha indicado uno de los agentes, la matrícula del vehículo no era la que les habían facilitado desde la central, pero, al existir coincidencias con la descripción del coche, dieron la vuelta y en ese momento “ellos aceleraron” e “intentaron escapar”. De hecho, han reconocido, en una zona de curvas les perdieron de vista.
La persecución, han informado, continuó por una travesía de San Martín de Unx hasta la carretera del cementerio, junto a la salida del pueblo y, al ver que les tenían encima, “frenaron en seco”.
“Teníamos mejor vehículo y les dimos alcance, era inevitable”, ha comentado uno de los agentes, quien ha señalado que, por su experiencia, saben “cuándo un vehículo se va a escapar y cuándo no”.
En el momento de la detención, ha asegurado uno de los agentes, el padre y sus hijos estaban “desconcertados” y “asustados”, se mostraron “colaboradores en todo momento” y “no opusieron resistencia".
El padre, han indicado, salió del vehículo diciendo “que ha sido él y que sus hijos no han tenido nada que ver” y continuó diciéndolo ya en el suelo cuando les estaban deteniendo.
Un agente instructor de la Policía Foral ha señalado que "los cuatro cartuchos" que mataron a los tres miembros de la familia Jiménez Echeverría "no hay duda de que han sido disparados" por la escopeta que encontraron en el asiento trasero del vehículo de los tres acusados.
El agente, que ha comparecido junto a otro agente instructor de la Guardia Civil, ha mostrado en la sesión de esta mañana una llamada telefónica realizada por un ciudadano al 112, a las 18.53 horas del día de los hechos, avisando de la reyerta, una llamada en la que se pueden escuchar las cuatro detonaciones. "Son cuatro detonaciones, tres seguidas y una un poco después", ha explicado.
Además, ha señalado que, tras aquellos hechos en Cáseda, se movilizaron los recursos y se encontraron a tres personas tumbadas en el suelo, "entre el primero -Fermín- y el segundo -Cristian- había unos 5 metros y entre el segundo y el tercero -José Antonio-, 10; entre el primero y el tercero había 15 metros".
Ha indicado que Fermín presentaba, tras los disparos, un orificio en el pecho por arma de fuego, "realizado desde muy cerca"; Cristian, un orificio en el vientre, "de un disparo desde un poco más lejos"; y José Antonio "recibió dos disparos, uno en la espalda y otro en hombro y cara".
En la inspección ocular del lugar, ha precisado, se encontraron cuatro cartuchos, así como un bastón cerca de Fermín y junto al vehículo, una manta.
Un testigo que vivía en un domicilio en el lugar donde ocurrió el triple crimen de Cáseda ha relatado que uno de los acusados fue el que gritó "saca" o "pásame" antes de que sucedieran los disparos y que no escuchó que nadie animara a disparar. Ha señalado, además, que los tres procesados estaban fuera del coche durante la discusión entre las dos familias.