Adiós al Museo Taurino

Jerez de la Frontera

Llegaron a aquel casco de bodega que se encontraba en condiciones lamentables. Ganaron el Concurso que salió e hicieron una costosa inversión, y allí pudieron situar toda la colección que desde niño había ido reuniendo con tesón y cariño el restaurador Alfonso Rodríguez. Pasaron los años y el Museo Taurino fue una realidad.

Una mala concesión administrativa por un tiempo escaso para quien se mete en una operación económica de ese tamaño, le puso a la idea la soga al cuello. Pero era tiempo de cigarras Eran tiempos de expansión, de mil por hora, y nadie miraba el futuro más allá de quince años. Paso el plazo y siguieron allí, pagando, al día, manteniendo y teniendo en Jerez un Museo Taurino que ahora, lamentablemente, se va para Burriana.

Es posible que hubiera habido solución, pero las soluciones tienen que llegar a tiempo. Lo cierto y verdad es que Jerez pierde, pierde de nuevo, porque no se han sabido hacer las cosas bien. No vale ofertar cuando ya ves que algo de la tierra que gobiernas se va para otro lado. Eso es llegar tarde, y mal. Y Jerez no está para eso.

PD: faena de categoría jurídica del Tribunal Supremo al Gobierno, acerca de los indultos. 21 páginas de auténtico disfrute para los amantes del derecho y del sentido común.