El Villarreal, un espíritu de equipo

Palencia

El miércoles todos los aficionados del fútbol sufrimos y disfrutamos con el Villarreal. Una tanda de penaltis eterna hizo que el "submarino amarillo" ganase su primer título europeo. Es el triunfo de un proyecto sólido liderado por unos buenos gestores, unos grandes entrenadores, una apuesta por la cantera y por buenos jugadores que no se cansan de entrenar y de disfrutar del deporte rey.

Da una cierta envidia que una cuidad de 50.000 personas sea capaz de ganar un título europeo. Muchos nos sentimos reconocidos en este gran equipo. Es el triunfo del fútbol modesto en un panorama dominado por ricos, multimillonarios o jeques que utilizan el deporte para su propio beneficio personal.

Este equipo, en sus diferentes categorías, se ha caracterizado por tener un gran espíritu de equipo con un gran presidente y con unos jugadores y entrenadores que creen en este proyecto compartido.

Creo que nuestros niños y jóvenes tienen en el Villareal un espejo donde mirarse. El sacrificio, el compromiso, la sencillez, el esfuerzo son valores que ayudan a ser feliz y protagonistas de nuestra vida.

Necesitamos en la sociedad en la que vivimos una apuesta clara por el trabajo en equipo. Apostar por lo que nos une, unir fuerzas, talentos, capacidades para construir un mundo mejor. Un espíritu de equipo dónde no se anule a las personas.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Me atrevo a dar unas pistas que deberíamos potenciar en todos los colectivos, partidos, sindicatos, asociaciones, parroquias, movimientos, medios de comunicación, empresas... para generar un verdadero espíritu de equipo:

Un espíritu de equipo donde se capacita a las personas, se cree en ellas y se les ayuda a sacar lo mejor que tienen. Todos estamos llamados a brillar, que no a deslumbrar.

Un espíritu de equipo donde seamos capaces de librarnos de nuestros egos personales (miedos, afán de protagonismo, poder...) y busquemos el bien común

Un espíritu de equipo donde se tienen en cuenta los momentos personales de cada persona y se da respuesta a ellos.

Un espíritu de equipo que corrige, que enseña, que ayuda a mejorar pero buscando el bien de la persona respetando siempre su dignidad, sin humillar, quitando miedos, inseguridades, creyendo en las personas y capacitándolas a levantarse.

Un espíritu de equipo donde nuestra mayor seña de identidad sea el servicio y la colaboración.

Un espíritu de equipo donde las personas seamos lo más sagrado.

Si apostamos por unir capacidades la sociedad avanzará y las personas seremos más felices. Ojalá no nos falten nunca modelos para elegir la senda de la honradez, el esfuerzo y la entrega.

Enhorabuena al Villarreal y a todos los equipos, colectivos, asociaciones... que apuestan por tener un espíritu de equipo. Un recuerdo para nuestro paisano Sergio Asenjo, un ejemplo de superación personal y de sacrificio.