La Axerquía levanta el puño como homenaje a Julio Anguita
El PCE llama a "seguir el legado de un comunista coherente y leal" en el aniversario de la muerte del primer alcalde de Córdoba tras la dictadura
Córdoba
El Partido Comunista de España (PCE) ha convocado a cargos, militantes y simpatizantes para rendir su propio homenaje a Julio Anguita, un año después de su muerte. El Teatro de la Axerquía, que ha colmatado su aforo máximo permitido a causa de la pandemia, con 1.540 localidades ocupadas, se ha roto en aplausos de despedida y se ha levantado con los puños en alto en conmemoración del legado que deja para la izquierda el que fuera primer alcalde de la democracia tras la dictadura en Córdoba.
"Un acto político más que un homenaje", han reivindicado todas las voces que han tomado la palabra, conocedoras de que a Anguita no le agradaba la adulación "sino el mensaje". Por ello, entre cada una de las intervenciones se bajaba la intensidad de las luces para escuchar una recopilación de declaraciones de toda su trayectoria política y personal.
La tarde la abría un poema con compañero insobornable, invencible luchador [...] compañero, te fuiste pero dejaste sobre el surco de la vida la decencia que sembraste que traducía al verso lo que todos los siguientes en intervenir han dicho en prosa.
La secretaria provincial del PCA en Córdoba, Alba Doblas, ha instado "a huir de quienes usen las palabras de Julio en beneficio propio", situando a Anguita como guía para la gente de izquierdas. "Nosotros como pueblo debemos llevar esas ideas, de nuevo, a políticas tangibles", ha manifestado entre el desarrollo de las líneas ideológicas de su formación a día de hoy.
Le tomaba el testigo el secretario general de los comunistas en Andalucía, Ernesto Alba. "Impone subir al escenario de un acto como este", ha confesado en el inicio de su intervención, en la que ha incidido en que "Julio quería ser recordado como un hombre que amaba la vida, como alguien que trabajó para una sociedad más justa desde sus ideas y como una persona que creía en la rebeldía como un proceso interno y personal". Y aunque Alba admite la capacidad de sembrar doctrina del 'Califa Rojo', "no hay teoría válida sin práctica política", ha enfatizado.
La clave del éxito de Anguita residió, según la eurodiputada por Izquierda Unida (IU) Sira Rego, en "no rendirse nunca". Solo tuvo un encuentro fortuito con el que fuera secretario general del PCE entre 1988 y 1998 y cordinador general de IU desde 1989 hasta el 2000, pero le marcó el "programa, programa programa" y, ha asegurado, esa la línea que hoy intenta seguir en sus funciones como cargo público.
El aplauso lo ha interrumpido el maestro de ceremonias de la noche, el periodista Juanjo Fernández, que daba paso entonces a la guitarra de David Caro y la voz de Juan Pinilla. Silencio en la grada. Un tono profundo pero claro atraviesa la tarde "con las coplas que le gustaban a Julio", ha explicado el cantante antes de retorcer las dinámicas para llegar del susurro al alarido.
Música de Juan Pinilla y David Caro en el homenaje a Julio Anguita
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Todavía se estaba fundiendo el último acorde cuando llegaba la intervención más íntima de la noche. Ana Anguita, hija del que fue líder del comunismo y hermana del corresponsal que la guerra de Irak arrebató al periodismo, toma la palabra. Ha recordado, en tono solemne, las lecciones que le inculcó el que también fue maestro de profesión, además de político. "Mi padre decía que el cambio perseguido sería una lucha muy dura".
Casi ha entonado la iconoclasia sobre su padre, quien "preparaba cada uno de sus discursos concienzudamente porque más que una mente brillante, fue un hombre estudioso". "Y él siempre insistía", continuaba Ana, "el político tiene que leer y reflexionar para no caer en los discursos vacíos, por lo que jamás lanzó un mensaje público sin haber contrastado antes la información", ha aseverado.
El público ha roto por unos segundos las reglas que marca el Instituto Municipal de Artes Escénicas en tiempos de pandemia: "Permanezcan en sus asientos", rezaba la megafonía al inicio del acto. "Fue enterrado con la bandera de la hoz y el martillo, como él siempre quiso", desafiaba la hija de Anguita poniendo al auditorio en pie mientras se retiraba.
La organización ha compensado grandes ausencias con dos pantallas gigantes de proyección de vídeo. "Echamos de menos a Cayo Lara, que por motivos logísticos no ha podido asistir", reconocían, así como al ministro de Consumo, Alberto Garzón o a la vicepresidenta tercera del gobierno, Yolanda Díaz. La asistencia de ambos estaba prevista pero tuvo que ser cancelada "por motivos de salud".
La última palabra la tomaba el secretario general del PCE, Enrique Santiago, quien ha repasado la trayectoria política e ideario de Anguita: "Un hombre que antepuso siempre el bien común a la hora de tomar partido".
En este sentido, ha catalogado el legado de "huella imborrable porque su discurso está vigente por más años que pasen". Así, Santiago ha proclamado que "las políticas liberales son incompatibles con los derechos sociales de la Constitución" y ha reafirmado la posición republicana del partido. Porque, ha asegurado, "lo mejor que podemos es seguir el ejemplo de Julio, un comunista coherente y leal".
Indudablemente, un acto así tenía que cerrarlo La Internacional. Y así ha sido. La Axerquía subía el puño al ritmo del himno obrero mientras los 'camaradas', ese casi anacronismo que ha sido una de las palabras más repetidas de la noche, se abrazan para despedir a Julio en el aniversario de su fallecimiento y en el centenario de la fundación de sus siglas.
Álvaro Guerrero Jiménez
Redactor y editor en los servicios informativos de la Cadena SER en Córdoba. Previamente ha trabajado...