El crucerista, pese a algunos, también es turista

Valencia

El anuncio del regreso de los cruceros es síntoma sin duda de que el turismo va recobrando la normalidad. Porque los cruceristas también son turistas, aunque algunos no lo vean. Y es que en esta ciudad hay gente corta de miras que desprecia al crucerista simplemente porque es un turista modesto, que no se gasta dinero en el destino, o porque va en grupo y molesta, bloquea los pasillos del mercado central.

Para empezar, València nunca ha llegado a presentar la saturación de Barcelona, tiene capacidad para absorber de sobra medio millón de cruceristas al año. Y segundo, el crucerista pospandemia es distinto. Va en grupo reducido, permanentemente acompañado y con actividades cerradas previamente. Esta burbuja turística implica irremediablemente más gasto por turista. Pero no olvidemos lo más importante: el crucerista es prescriptor de destino; si recibe una buena acogida decidirá volver por su cuenta, y seguro que gastará más. Así que nos interesa que no sienta ese desprecio que algunos le propinan.