El oso que atacó a una mujer es posiblemente un macho en celo
Los expertos descartan que sea un animal agresivo o que pueda provocar problemas en zonas habitadas por humanos
Asturias
El oso que el pasado domingo atacó e hirió de gravedad a una mujer de 75 años en una carretera próxima a la localidad de Sonande, en Cangas del Narcea, es posiblemente un macho en celo y los expertos descartan en principio que se trate de un animal agresivo o conflictivo que pueda volver a causar problemas en los núcleos de población de la zona.
Miguel Fernández, patrulla oso, puede estar en celo
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La Patrulla Oso del Gobierno de Asturias, la única unidad especializada en España de agentes del medio rural especializada en oso pardo, mantiene un operativo para tratar de localizar al plantígrado y comprobar que no regresa a las zonas habitadas de esta comarca del suroccidente asturiano. El guarda mayor, Miguel Fernández, ha explicado que, tras el ataque, se le pudo seguir el rastro hasta un kilómetro e incluso se recogieron muestras de pelo para su caracterización genética. Lo más probable, ha dicho, es que sea un macho que se encuentra en celo "que pasó por allí y que no vio a la mujer hasta que se la encontró".
Miguel Fernández, patrulla oso, plan de localización
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El incidente tuvo lugar a las 21:40 horas del domingo en el kilómetro 4,7 de la carretera CN-8, que comunica las localidades de Sonande y Sorrodiles con la capital del concejo, cuando el oso caminaba por un camino anexo a la carretera y que, al acceder a la vía, se encontró de frente con la mujer, que paseaba sola.
Según fuentes de la Consejería de Medio Rural, el ejemplar tuvo una reacción "bastante típica" de la especie al levantarse sobre sus patas traseras y comenzar a lanzar zarpazos, uno de los cuales alcanzó a la mujer en la cara, para salir corriendo después carretera abajo, donde se cruzó con otras dos personas que se apartaron, hasta que encontró un camino por el que huyó. La mujer sufrió una herida en la cara además de una fractura de cadera tras caer al suelo a consecuencia del ataque del plantígrado aunque no se teme por su vida. Según Fernández, el oso, en circunstancias normales, hubiera visto y oído con antelación a la mujer y se habría alejado, pero en época de celo estos animales "se descaran más".
El operativo, en el que también participan agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, trata de hacer un seguimiento del oso, algo "no muy complicado" en esta época del año al poderse observar las pisadas en la hierba, y comprobar que no regresa a las cercanías de los núcleos de población. De ser así, como se hace en otros casos, se le espantaría con pirotecnia o gomas de goma "para que coja miedo y no vuelva", aunque los integrantes de esta unidad no creen que el animal sea peligroso: "Estamos seguros, pero tenemos que comprobarlo".
Fernández ha recordado que en la zona "siempre hubo osos" y los vecinos "saben perfectamente que no hay un peligro inminente". El oso pardo está declarado especie protegida desde 1973 y, pese al incremento del número de ejemplares, continúa en peligro de extinción en España, donde en los últimos años han aumentado las quejas de ganaderos por los ataques sufridos por sus cabañas.