De Tuertos y Ciegos

Jerez de la Frontera

Cuenta el cineasta argentino Hernán Zin que se quedó perplejo cuando llegó a España y comprobó el enorme talento que circulaba. Pero, más perplejo aún, al observar cómo triunfaban mediocres y oportunistas gracias al desprecio de ese talento.Hernán Zin ha retratado con exactitud mis sensaciones de hace mucho tiempo y que, cada día que pasa, se certifican.La explicación es simple.

 En todas las esferas, pero especialmente visible en la política, la administración y la cultura, la supervivencia de los que suben se basa en rodearse de mediocres y evitar a toda costa talentos que pudieran dejarles en evidencia. Es decir, ser tuertos en el país de los ciegos.El resultado es nefasto: las grandes decisiones son tomadas por quienes tienen más probabilidad de equivocarse.

Este fenómeno es real y muchos países avanzados ya toman medidas para evitarlo.Por el bien común, no es buena idea que los timones de las empresas e instituciones, de la cultura y de la política, sean manejados por los más habilidosos de los ineptos.