El ruido del tráfico apaga a los pájaros

Elena López en el estudio improvisado en su salón / Radio Coruña Cadena SER

A Coruña
Ya hablé en otras ocasiones de que la vuelta del ruido es parte de la vuelta a la vieja normalidad. Ya casi no recordamos cuando escuchábamos a los pájaros al abrir la ventana, por lo menos, en la ciudad de A Coruña. Pero la vuelta a la vieja o nueva normalidad está marcada y de qué manera por la vuelta del movimiento de los ciudadanos. El ir y venir del día a día, tras un confinamiento que nos dejaba atados a la pata de la cama, el ir y venir de los viajes largos, por ocio o necesidad, placer o morriña, también está ofreciendo de nuevo esas imágenes, que ya no nos sorprenden, de la invasión de vehículos sobre el asfalto, cuando pensamos que sin ellos parecía la puesta en escena de una road movie de walking dead.
Y tras echar de menos esa movilidad, hay quien ahora se ve como un ratón en ratonera. Hay quien para salir de casa y llegar a su destino va a tener que meterse en un cuello de botella a esperar como agua de mayo a ser la siguiente gota que quede liberada del estrechamiento. Y así cada día. Una situación que van a vivir por lo menos 100.000 conductores, que son los que pasan de media, según datos oficiales, por el puente de A Pasaxe y Avenida de Alfonso Molina. ¿El motivo? Obras de mejora de esta carretera, una rotonda que, por lo menos dicen, optimizará la fluidez de circulación, mejoras que vienen precedidas de un problema para muchos vecinos que quedan encerrados, otra vez, entre cuatro paredes, pero en este caso en las de su propio coche, con el estrés de llegar a su destino. Vías de escape más grandes para ciudades que, supuestamente, tendrán menos vías para el vehículo privado en aras de una humanización. ¿Es que estamos dehumanizándonos? ¿Es la solución hacer entradas más grandes cuando lo que se pretende es reducir el uso del coche de cada uno? No se puede ir en contra de la movilidad, pero quizas un buen transporte público, eficiente, variado, muy frecuente y barato pueda ser la solución para que ese cuello de botella se parezca más a la boca ancha de una jarra de agua.
Mientras.... a los pájaros los hemos dejado de escuchar. No hay rotondas para ellos y son muchos más de ciel mil. Son más de medio millón, y no vienen de Oleiros o Culleredo, vienen de Escandinavia, Siberia, o las Azores. Más de medio millón que sobrevuelan los cielos de A Coruña en primavera, durante las horas de luz. Aves marinas que tienen en A Coruña, desde Estaca de Bares, uno de los principales corredores migratorios del planeta. Y para ellos no hay rotondas, porque no les hacen falta. La sostenibilidad va íntrínseca a la naturaleza. ¿Nos estaremos desnaturalizando? Quizás, sólo quizás, debemos, de vez en cuando, volver a escuchar a los pájaros al abrir la ventana.
Semana 39 de esta atípica vuelta. En busca de la normalidad, si es que aún existe. Que la radio no pare.




