Adiós a Paquito el Chocolatero

Palencia

La verbena ya no es lo que fue años atrás. El Covid-19 ha obligado a las orquestas y a los Ayuntamientos a reinventarse. Lo estamos comprobando en cada pueblo al que acude este Hoy por Hoy. Los alcaldes reclaman para las fiestas de los pueblos, por lo general, eventos de pequeño tamaño para espacios al aire libre y con sillas; es decir, sentaditos y sin baile. Vamos que a Paquito el Chocolatero se le fundió el chocolate. Ni siquiera se podrá echar un agarrao con la persona conviviente, salvo que vivas en Galicia.

Esta pandemia nos ha robado muchos momentos y celebraciones, entre ellos las verbenas de las de antes, aunque poco tenían que ver ya las orquestas de antaño con las de ahora. En los últimos años, los espectáculos han evolucionado muchísimo. Los montajes de entonces, con cuatro altavoces y cuatro bombillas, nos parecen ahora prehistóricos. Qué recuerdos de aquellas verbenas en los barrios palentinos: el Cristo, San Juanillo, el Santo San Pedro, San Antonio, Casas del Hogar, Avenida de Madrid...y sobre todo, para mí, la del Parque Móvil, que era mi barrio. Existía una especie de competición por ver cuál era la mejor, dónde hacían la mejor limonada y los mejores churros, y dónde actuaba la mejor orquesta. Por cierto, en el Parque llegaron a tocar hasta tres grupos a la vez a lo largo de la avenida de Simón Nieto. Muchas veces me pregunto qué habrá sido de aquellas columnas, que a mí de niño me parecían gigantescas, instaladas a lo largo del barrio, sujetando las banderolas.

Tiempo atrás se iba a la verbena a bailar y a ligar, como a los guateques. En los últimos años, se compaginaba el baile con la atención al espectáculo que se vivía sobre el escenario. Claro que, ahora, se hará con más comodidad. La reinvención de la verbena traerá también acabar con el compromiso obligado del pachangueo y el cambio de repertorio de las orquestas: pasodobles, rumbas, merengues y cumbias darán paso a los éxitos contemporáneos, al trillado popurrí pop-rock de los ochenta y alguna que otra sorpresa más visual. Actualmente, la incorporación de gente joven y nueva a las comisiones de fiestas está contribuyendo a que se reduzca la pachanga y se incorporen más temas de actualidad.

Del agarrao, de aquel bailar pegados, a mantener la distancia, solo hay un culpable: el Covid-19.