La Universidad Politécnica forma parte de la investigación del primer exoesqueleto infantil
Elena García Armada, Doctora en Robótica, Ingeniera industrial por la Politécnica de Madrid e investigadora del CISIC, acaba de presentar ATLAS el primer exoesqueleto pediátrico del mundo
La Universidad Politécnica forma parte de la investigación del primer exoesqueleto infantil
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En 2010 comenzaron las investigaciones de una de las científicas más reconocidas de nuestro país en el desarrollo de exoesqueletos. Una década después, Elena García Armada, Doctora en Robótica, Ingeniera industrial e investigadora del CISIC, acaba de presentar ATLAS el primer exoesqueleto pediátrico del mundo.
Todo comenzó con Daniela, una niña que quedó tetrapléjica tras un accidente. Con su caso, surgió el proyecto dentro del CAR – el Centre for automation and robotics- del CSIC y la Universidad Politécnica. Con ella, desarrollaron el primer robot biónico: “hasta entonces hacíamos avances a nivel industrial”, cuenta García, “pero cuando llegó a nosotros la familia de Daniela comenzamos a adaptar nuestro trabajo en base a otros exoesqueletos para adultos”.
Al final son robots que se adaptan al cuerpo de los pacientes y que tienen un fin médico. Paloma Pastor, presidenta de la Fundación Sin Daño, de afectados por el Daño Cerebral Sobrevenido Infantil -FEDACE- enumera los beneficios de estos avances en la confianza y autoestima de los niños “ya que podrán ponerse en pie y jugar como el resto”, señala. Así como “permitirá realizar un terapea muscular integral” gracias a su funcionamiento. “Es capaz de detectar la intención de movimiento”, explica la doctora en robótica, “o crear un patrón de marcha” lo que lo convierte al fin en un dispositivo médico con fin terapéutico.
Han sido años de incansable investigación, pero lo más difícil siempre fue conseguir financiación. Ahora culminan el esfuerzo consiguiendo el certificado CE de la Unión Europea que les permitirá llevar a la realidad esta tecnología “vamos a poder cubrir por fin esa necesidad para la que investigábamos”, cuenta García.
Una investigación que culmina también años de desarrollo personal. Elena estuvo rodeada de ciencia desde su infancia, al ser su madre Doctora en Física y su padre Catedrático de electromagnetismo. Un entorno que puede haber propiciado su vocación, pero que cree puede desarrollarse en cualquier hogar “todas las familias pueden promover esa vocación a través de museos o actividades en los colegios” asegura, “si algo te gusta es donde se debe trazar el camino y pensar que la tecnología y la ingeniería son la base del progreso social”, anima.