El pinchazo disuade de vacunarse
Las jeringuillas provocan una alergia entre personas sanas que añaden su aparente salud al rechazo que les provoca la imagen omnipresente del pinchazo

La línea roja Matías Vallés (08/06/2021)
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Palma
Buenos días. Las evidencias tienen la mala costumbre de acabar por imponerse.
Desde hace meses se viene susurrando que algo no funciona en la vacunación de Balears contra la covid.
Se han escuchado tantas excusas para justificar este desfase creciente que se necesitarían diez comentarios como este para detallarlas.
Finalmente, se reconoce que algo no funciona en el sistema de inmunización.
Los baleares se resisten a vacunarse.
Fíjense que no asignamos culpas, porque la reticencia se debe a un contingente de ciudadanos más escépticos de lo habitual, en este caso sobre la calidad y efectos de las vacunas.
Y a la hora de explicar el rechazo, vamos con un factor psicológico que la población es muy educada para denunciar.
Demasiadas imágenes de pinchazos.
Como lo oyen, las jeringuillas provocan una alergia entre personas sanas que añaden su aparente salud al rechazo que les provoca la imagen omnipresente del pinchazo.
Es verdad que los más valientes se hacen un selfie durante la vacunación, pero nuestro consejo va a ser que se limiten los hombros agujereados literalmente por la aguja.
No son agradables ni para los no asustadizos, y está claro que no han mejorado los índices de vacunación.
A menos inyecciones en efigie, más en carne viva. De eso se trata.




