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Nicolás Castellanos

La Firma de Eva Calleja

"Nicolás Castellanos", la Firma de Eva Calleja

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03:27

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Palencia

Hay cosas, momentos, que no se olviden fácilmente porque de vez en cuando, en la vida, te encuentras con alguien enfrente e inmediatamente te sientes a gusto, generas una de esas conexiones que mezclan lo inesperado con lo especial. Eso sentí yo cuando conocí a Nicolás Castellanos un día en mi cole. Vino a hacernos una visita una mañana, no recuerdo de qué mes, olvidé la fecha exacta pero no la sensación que produjo en mi. Sonrisa amplia, generosa, gestos cercanos con nosotras, niñas de pocos años que lo recibimos sin saber muy bien cómo era un Obispo. Cero protocolo, cero parafernalia. Solo un hombre que compartió un rato con nosotras sin mirar el reloj y dejando un rastro de verdad.

A lo largo de los años he tenido la oportunidad de conocerlo un poquito mejor cuando yo estaba iniciando mi recorrido en los medios de comunicación, más concretamente en la ya desaparecida Antena 3 Radio, puede que algunos de ustedes todavía la recuerden. Varias entrevistas y una relación posterior con su trabajo, ya muy lejos de Palencia, me hicieron no solo mantener esa primera impresión sino aprender a respetar su forma de ver la vida y el enfoque de su día a día.

Nicolás Castellanos fue nombrado obispo de nuestra ciudad allá por julio de 1978 y varios años después, en 1991 presentó su renuncia que le fue concedida, unos meses más tarde, por Juan Pablo II. Había decidido dar un giro radical a su vida. Hizo la maleta para marchar como misionero a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, llevando consigo un pequeño grupo humano para iniciar el Proyecto Hombres Nuevos, con el objetivo de tratar de mejorar las condiciones de vida en los barrios más desfavorecidos de aquel rincón del mundo.

Y a partir de ahí, hombre inagotable que no maneja en su vocabulario la palabra "rendirse", ha ido poniendo en marcha diversos proyectos para atender a las mujeres y a la población infantil de forma esencial: comedores infantiles, becas escolares, programas de salud en los coles, hospitales, un vivero de microempresas... solo por citar algunos de ellos. Algunos de mis favoritos son la ciudad de la alegría o su orquesta sinfónica.

No puedo olvidar como Palencia se volcó, se ha volcado en más de una ocasión, pero sobre todo al inicio, para allegar fondos que hicieran realidad los sueños gestionados a través de la Fundación Hombres Nuevos. Y recuerdo cómo Nicolás nos enviaba fotos de cada avance, de cada construcción, y de los cambios de los más peques que miraban al objetivo de la cámara con una sonrisa nueva después de que alguien les ofreciera una posibilidad de modificación de su futuro, tan incierto en una zona pobre y olvidada.

Esta labor le valió a Nicolás y todas las personas de la Fundación ser galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en el año 1.998. Ahora se plantea su candidatura para el Premio Nobel de la Paz.

Ojalá que esta candidatura pudiera hacerse realidad, no porque Nicolás quiera premios, que estoy segura de que no es así, sino por la multiplicación de la visibilidad de su proyecto, que creo que merece mucho la pena.

He escuchado muchas palabras de Nicolás pero hoy quiero quedarme con unas que pronunció en un documental que Televisión Española le dedicó hace ya algún tiempo, dijo: "en el norte os sobran medios para vivir pero os faltan razones para existir. En el sur carecemos de casi todos los medios pero nos sobran razones para vivir".

 
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