Se enfrenta a 18 años de prisión por maltratar, insultar, amenazar y violar a su pareja en Roses
Convivieron durante 10 meses en Roses (Girona). "Me empezó a maltratar el segundo día", ha explicado la víctima en el juicio

Imagen de archivo de la sala de vistas principal de la Audiencia de Girona / ACN

Girona
La Audiencia de Girona ha juzgado este martes a un hombre que se enfrenta a 18 años de prisión por maltratar, insultar, amenazar y violar la pareja en el domicilio donde convivían en Roses (Girona). Según las acusaciones, fueron pareja entre noviembre de 2017 y agosto de 2018 y el procesado le hizo vivir un "clima de violencia, control y humillaciones" constantes: "Es un maltratador y esta violencia continuada fue de tal intensidad que la víctima pensó en suicidarse". El acusado niega los hechos y aseguró que "nunca" la golpeó ni la obligó a mantener relaciones sexuales contra su voluntad. La defensa pide la absolución. El juicio ha quedado visto para sentencia.
"Me empezó a maltratar el segundo día", ha explicado la víctima en el juicio, que se ha hecho este martes en la sección cuarta de la Audiencia de Girona. La mujer relató en el juicio que, poco después de comenzar la relación, fueron a vivir juntos a un domicilio de la urbanización Santa Margarita de Roses. Según su relato, el hombre bebía mucho y cuando iba bebido la maltrataba, le quitaba el teléfono para evitar que pidiera ayuda, la dejaba encerrada en casa y la obligaba a mantener relaciones sexuales.
La mujer explicó que iba "siempre llena de morados" pero que estaba muy enamorada y siempre "le perdonaba". Después de poner punto final a la relación, hacia el mes de agosto de 2018, el ahora acusado le dijo que volver a quedar por "poder ser amigos": "Ese día me volvió a golpear y me hizo sangre, y mi hermana me convenció para que lo denunciara ".
Según la fiscalía, "las discusiones en el ámbito familiar eran frecuentes" y, con el paso del tiempo, la "conducta agresiva y controladora" del acusado se agravó: "De manera continuada, metódica y deliberada, el acusado mantuvo una actitud constante de agresividad y desprecio, profiriendo le frases humillantes y vejatorias". Además, también la golpeaba, la pellizcaba y le lanzaba muebles encima. "En una ocasión, sin que se pueda determinar la fecha, le lanzó una mesita de noche cuando ella se negó a introducirse un consolador con miel", expone la acusación pública.
La víctima también relató que la obligaba a mantener relaciones sexuales contra su voluntad: "Yo no quería pero me forzaba".
La mujer ha concretado que no se atrevía a denunciarlo pero que le contaba a su hermana, que la intentaba convencer para que lo dejara y fuese a los Mossos. A la hermana, sin embargo, no lo han citado al juicio como testigo. La víctima explicó que, durante la relación, pensó en suicidarse para acabar con el calvario que vivía.
El acusado sólo ha respondido a las preguntas de la defensa y lo ha hecho para negar las acusaciones. Ha asegurado que "nunca" la golpeó ni la agredió sexualmente. La defensa sostiene que no hay ninguna prueba que corrobore el relato de la víctima y que pueda desvirtuar la presunción de inocencia: "Era una relación tóxica pero ella la consentía". Por ello, pide la absolución.
El fiscal y la acusación particular sostienen que el relato de la víctima es persistente y que no tiene ninguna intención de perjudicar el procesado: "Lo único que quiere es que se haga justicia". Por ello, solicitan al tribunal que lo condenen. La fiscalía le acusa de un delito de maltrato habitual, un delito leve de injurias, dos delitos de maltrato en el ámbito de la violencia sobre la mujer, un delito de amenazas y un delito de agresión sexual. Pide 18 años de cárcel y que indemnice a la víctima con 20.000 euros por el daño moral.




