¿A quién votan los pobres?

Canarias

La pregunta puede parecer fuera de lugar. Y sin duda lo está. Pedir a las personas más vulnerables de nuestra sociedad un carnet de partido, o al menos que simpaticen con él, es lo único que nos faltaba por ver en esta crisis.

Por supuesto no se ha dicho de forma tan burda, pero cuestionar la actividad del Banco de Alimentos por su presunta vinculación con un partido político determinado es prácticamente lo mismo.

El sectarismo político lo invade ya todo, desde el hemiciclo del Congreso hasta las colas del paro. Tenemos al frente a dirigentes políticos tan cegados por su ideología que creen que todo, hasta las circunstancias más graves, puede utilizarse como arma arrojadiza.

Y mangonean, a su antojo y para su interés particular, a las víctimas del terrorismo, a los pensionistas, a los trabajadores sociales o a los muertos de hambre.

Y después se quejan del desafecto de los ciudadanos y de las revueltas sociales. El colmo es que ya no nos representan ni los que entraron para sustituir a los que no nos representaban. En fin, solo nos queda, parafraseando el famoso título de más Platón y menos Prozac, exigir a la política más sensibilidad social y menos ideología.