¿Qué hay que hacer para que cambie favorablemente una administración?

Aranda de Duero

¿Es el Ayuntamiento una empresa más? ¿Debe funcionar con ese cierto sentido? Es una de las muchas cuestiones que hemos planteado este lunes en nuestro tiempo de tertulia con Rafa Miquel y Ángel Martínez. La poca agilidad de la administración, unida a la lentitud de ponerse de acuerdo en el caso de Aranda, lastra proyectos y dilata muchas de sus habituales obligaciones.

"Una empresa tiene dinero y personas y tiene que estar basado en esos principios. El dinero es de todos y tiene amo, somos nosotros. Y el segundo es el personal. Hay que medir objetivos en rentabilidad y eficiencia, las cosas no son tan complicadas. Y estaríamos mucho más a favor de lo público si se demostrase todo eso. Ni yo como empresario tiene su puesto fijo, soy el primero que se va fuera. Sé que falta porque son incumplidores. Es evidente. No se pueden aprobar unos presupuestos en junio. Eso es vergonzoso porque es la primera herramienta que debería servir para medir los objetivos", explica.

"Pero quién te controla a ti Rafa. Porque en lo municipal es donde más retrasos se da. Tú tienes tu dinero, un personal y nóminas y no tienes más... Hay retrasos diversos en el consistorio", ejemplifica con este año haciendo una ennumeración. "Luego vienen las pegas que ponen los funcionarios, porque no hay nadie que diga: esto se hace. Empiezan las comisiones, cinco semanas para poder poner en marcha lo que es la ejecución de algo. La Junta de Gobierno, las convocatorias para adjudicar eso a una empresa... Esta falta de agilidad hace que estos procesos administrativos nos hagan tropezar. No podemos estar así", responde Martínez. 

"Yo si pido responsabilidades empiezo por encima. El CEO de esta compañía es alcaldía. Y hay que valorar qué ha pasado para estar así. Estoy convencido de que ella lo asume pero ha de hacerlo en real. El mal mayor es no hacer nada. Si la coordinación no llega se va a la parálisis. Tienen que asumir sus responsabilidades y explicar y decir dónde están las barreras, pero lo que no vale es el no hacer. El que tiene que tomar decisiones que las tome, y que se haga respetar", dice Miquel. 

"Se puede llevar el Ayuntamiento igual de una empresa. Se puede. A mí me costó mucho y muchos disgustos, pero reconozco que hicimos una gestión. Me gustaría que dejáramos por escrito lo que hemos aportado los concejales. En Cultura y Educación había siete departamentos. Nos reuníamos una vez al mes, y cada uno llevaba un objetivo. En este Ayuntamiento puede ser que llevemos cuatro años para mover una mesa. El problema es que no hay un proyecto común", denuncia Ángel.

La charla al completo puede reproducirse en el siguiente audio.