Teruel es... Naturaleza
Es conocida por su múdejar, por el amor que unió sus Amantes pero su entorno natural también forma parte del secreto del bienestar de Teruel
Teruel es Naturaleza (14/06/2021)
Teruel
Es conocida por su múdejar, por el amor que unió en la eternidad a Isabel y Diego, y por los edificios modernistas que llevan la firma del arquitecto Pablo Monguió. Quienes tienen la suerte de vivir en Teruel destacan, además, la calidad de vida de la que aquí disfrutan y que sienten temporalmente quienes visitan está capital de provincia.
El entorno natural de Teruel, con sus diez barrios rurales, contribuye en buena medida a ese bienestar, y ofrece oportunidades y beneficios sostenibles y asequibles relacionados con la salud, el turismo y las relaciones sociales.
Son numerosos los estudios que han concluido que vivir cerca de espacios verdes, del aire libre, reduce el estrés vinculado a enfermedades de distinto tipo, desde cardiovasculares a digestivas y mentales.
La naturaleza tiene un efecto restaurador, favorece la concentración, aumenta el estado de ánimo y sube los niveles de vitalidad. Compartir esos espacios públicos y comprometerse en su conservación y cuidado ayuda a construir una comunidad más fuerte y cohesionada, reduce el aislamiento social, y mejora el desarrollo personal.
Descubrir el entorno
La ciudad del Torico, además de la historia que ha construido sus monumentos irremplazables y atractivos turísticos, cuenta con una riqueza natural que, como dice su alcaldesa, Emma Buj, es “uno de los grandes valores de la capital”.
Esos tesoros naturales son espacios tan emblemáticos para los turolenses como el Camino Natural del río Guadalaviar, la Laguna de Tortajada, Fuente Cerrada, Fuente Carrasco, la Fuente de La Hortaleza, la Rambla de Barrachina, el pantano de El Arquillo, o el Parque de Las Arcillas.
Barrios rurales con encanto
Encontrar un “slow living”, un estilo de vida todavía más lento y calmado es en Teruel rápido y sencillo. Basta con acercarse a alguno de sus diez barrios rurales que son: Castralvo, La Aldehuela, Villaspesa, San Blas, Caudé, El Campillo, Concud, Valdecebro, Tortajada y Villalba Baja.
En cada uno de ellos se encuentran paisajes moldeados por el agua y por la actividad agrícola. Macizos que se elevan hacía cielos infinitos. Pinares, carrascales o rebollares para estimulantes baños de bosque y buscadores de setas. Yacimientos, Caminos Naturales, ramblas, cuevas, pistas, senderos…
Más oferta para el visitante
Teruel es, pues, un destino para quienes en su tiempo de ocio buscan naturaleza y actividad deportiva. Esta ciudad amplía la oferta turística con diferentes rutas por espacios verdes y abiertos, de las que se informa al viajero en la Oficina de Turismo.
Todas seducen al visitante para que prolongue su estancia en esta ciudad elegida prioritariamente por su patrimonio monumental, como es el mudéjar, por su gastronomía variada, por tradiciones que rezuman pasión y han creado fiestas multitudinarias. Por aliarse con los dinosaurios para contar de forma divertida y amena la historia de la tierra en Dinópolis.
O por la leyenda de un beso que no se dio y que desde la Edad Media ha llegado hasta hoy, convirtiendo a Teruel en la Ciudad del Amor.
