El infierno existe y está en la tierra

Canarias

Un miembro de la Iglesia ha lanzado una sarta de barbaridades sobre el asesinato de Olivia y Anna, metiendo aún más el dedo en la herida abierta por este tremendo caso de violencia de género.

Lo grave no es que un párroco deslenguado se despache a gusto con sandeces de este calibre, sino que lo haga y no tenga consecuencias. De hecho no es la primera vez que dice o hace un despropósito.

Lo realmente preocupante es que el Obispado crea que con un simple comunicado podrá pasar página. No basta con pedir perdón en su nombre. Alguien así atenta contra los valores por los que lucha esta sociedad y no puede tener a su disposición un púlpito desde el que delinquir. Porque eso es lo que ha hecho y por lo que la Fiscalía ha abierto diligencias contra él. Así que puede que escape a la justicia eclesial, pero no a la terrenal.

Personalmente soy de esas personas que, aún siendo ateas, creen que el infierno existe. Por supuesto que existe, pero aquí en la tierra. Y lo construyen, con palabras y hechos, personas como Tomás Gimeno y el padre Báez.