Sociedad
Medio ambiente

Las hayas quemadas en el incendio que arrasó 400 hectáreas tardarán doce años en recuperarse

En una nueva entrega de Bide berdea eta urdina hablamos de los recursos naturales de Aiako Harria y Jaizkibel y la importancia de su conservación

Inma Lizaso: Ingeniera Montes

Inma Lizaso: Ingeniera Montes

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Irun

Como cada martes de la mano de Servicios de Txingudi, en la sección Bide Berdea eta Urdina, profundizamos en asuntos de nuestro medio ambiente. En esta última entrega hemos contado con la presencia de Inma Lizaso, Ingeniera de Montes de la Diputación Foral de Gipuzkoa y directora del Parque Natural Peñas de Aia, que ha destacado y puesto en valor los recursos naturales situados en la comarca del Bidasoa.

La responsable del ente foral apunta que, “cuanto mayor sea la calidad de nuestros bosques mejor, van a ser nuestros suelos, y, por lo tanto, la calidad del aire que respiramos, así como nuestras aguas”. De esta forma ha querido recalcar la importancia que tiene conservar los espacios naturales que nos rodean.

Si bien cada vez se tiene una mayor conciencia medioambiental, hay gestos- no mal intencionados- que tenemos adquiridos como “la costumbre de tirar las cascaras de fruta sin saber si pueden contener o no algún insecticida”. Algo que dañaría al ecosistema.

Jaizkibel y Peñas de Aia

La comarca del Bidasoa, tanto Irun como Hondarribia, se encuentran rodeados de zonas verdes, siendo Jaizkibel y Peñas de Aia los principales parajes naturales. Espacios que durante la pandemia han sido reclamo para muchos vecinos que no conocían estos lugares, y que, sin embargo, han servido como refugio y alternativa a las zonas más masificadas.

Daño y perdida de la biodiversidad

Según la responsable de la Diputación este último otoño e inverno “ha sido muy malo” para el entorno natural de Irun. Con los vendavales registrados “muchos árboles de gran tamaño y valor han caído en diferentes puntos” además del gran incendio que arrasó casi 400 hectáreas provocando importantes daños para el ecosistema.

Ejemplo de ello son “las hayas que al tener la piel más finita son las que menos recuperación han tenido. Tendrán que ser repuestas, lo que conlleva a pérdidas de 10 y 12 años.

Por último, Inma ha destacado que todas las instituciones “deben trabajar para posibilitar el entendimiento y para hacer una labor de engranaje.

 
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