"El Padre Báez me dijo que entendiera al asesino de mi hija, que la mató por amor"

Las Palmas de Gran Canaria

Yurena López fue asesinada en 2017 en Lomo Magullo, en el municipio grancanario de Telde. Allí convivía con su novio, Ayoze Gil, desde hacía dos años. El hombre la mató después de que ella quisiera poner fin a su relación tras meses de malos tratos. En el juicio, que se celebró a finales de 2020, el jurado consideró probado que Ayoze asesinó a Yurena privándole de cualquier posibilidad de sobrevivir y pretendiendo imponer "su dominación" sobre ella, por el mero hecho de ser mujer. Tras asesinarla, Ayose bajó el cuerpo sin vida al garaje y lo introdujo en el maletero de su coche para embalarlo con la ayuda de su amigo José Manuel. El juez le sentenció a 22 años de cárcel y a indemnizar con 100.000 y 30.000 euros, respectivamente, a la madre y la hermana de la que fue su novia.

La investigación del caso fue complicada porque el asesino de Yurena y su cómplice intentaron ocultar el crimen. En ese proceso, la madre de la víctima, Lidia Henríquez, buscó testimonios que pudieran ayudar a esclarecer lo sucedido. "Pregunté a varios vecinos sobre mi hija y su novio, entre ellos al cura de la parroquia de Lomo Magullo, el Padre Báez", explica Lidia. Según la madre de Yurena, mantuvo una conversación con el párroco en la que éste justificó al asesino. "Me dijo que entendiera a este pobre muchacho porque vio que el amor de su vida lo abandonaba y se sintió tan impotente que no le quedó otra que asesinarla, que la mató por amor", relata Lidia.

Según Lidia, el párroco le explicó "que si la pareja hubiera seguido el camino del Señor y que si hubiera ido a la iglesia eso no hubiera pasado" un pensamiento que "viniendo de un sacerdote, me afectó y me hundió."

El controvertido párroco, conocido como Padre Báez, ha provocado una gran indignación en la sociedad canaria tras sus afirmaciones en redes sociales y una emisora de radio en las que llegó a culpar de la muerte de las niñas Anna y Olivia, a la "infedilidad" de la madre. Unas declaraciones que hasta la Diócesis de Canarias rechazaba. Este martes, José Mazuelos, obispo de la Diócesis de Canarias, ha asegurado que estudiarán el caso, pero por ahora no se ha tomado ninguna decisión sobre el sacerdote. Ha explicado que no ha podido hablar todavía con el polémico sacerdote pero que lo hará antes de tomar alguna determinación sobre su continuidad al frente de su parroquia.

Una familia destrozada

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Lidia Henríquez asegura que su familia ha quedado destrozada tras el asesinato de su hija. Considera que ella es también una víctima de la violencia de género pero que las administraciones no la tratan como tal porque, por ejemplo, ni siquiera le han prestado ayuda psicológica para superar la muerte de Yurena. Pide que las autoridades estén pendientes también de las familias de las mujeres asesinadas, porque la violencia machista afecta a muchas personas.

Desde hacía tiempo que la madre de Yurena no hacía declaraciones a los medios de comunicación, pero ahora ha vuelto a hablar tras el caso de Anna y Olivia, las niñas de Tenerife asesinadas presuntamente por su padre, para solidarizarse con la madre de las pequeñas. Lo hace en una fecha muy especial para ella ya que el 16 de junio es el cumpleaños de su hija que fue asesinada cuando sólo tenía 23 años.