Jesús Carmona: "A las bestias hay que sacarlas para que luego se vayan a dormir"

Cádiz

Jesús Carmona (Barcelona, 1985) puede presumir ahora mismo de ser el mejor bailarín del mundo. Ese honor se lo ha concedido el prestigioso premio Benois de la Danse, que alaba una carrera de éxito anclada en la experimentación del flamenco desde sus estudios de danza clásica y sus ansias de investigación permanente. Carmona, admirador del arte gaditano, ha acudido al festival Cádiz en Danza, con su premio bajo el brazo, para presentar un adelanto de "Baile de bestias", el que será su nuevo espectáculo tras su exitoso "El salto".

Pregunta. Llega a Cádiz con ese premio recién recogido. ¿Qué sensación le ha dejado este reconocimiento tan importante?

Respuesta. Estoy muy feliz, muy contento por este reconocimiento a mi carrera, a mi forma de entender el flamenco. Llego a Cádiz con muchísimas ganas de mostrar mi forma de crear el movimiento dentro del flamenco y todas las danzas que hay en mí.

P. Ha dicho que este premio ha llegado en un punto de inflexión en su carrera. ¿Por qué lo ha dicho? ¿Qué va a cambiar a partir de ahora?

R. Tanto el Premio Nacional de Danza que me dieron el año pasado como este lo que ha hecho es darme más seguridad en el discurso, tener mucho más claro el camino por el que estoy yendo de libertad en mi danza y de eliminar prejuicios concebidos y de imágenes heredadas de lo que debe ser el flamenco. Ahora que soy libre de todo eso y soy capaz de ser sincero conmigo mismo, me están llegando todos los reconocimientos. El punto de inflexión es que debo seguir por mi camino. Y creo que algo estoy haciendo bien para que todo esto esté pasando.

P. Usted es el segundo español que se lleva el Benois. ¿Siente que a los flamencos les cuesta más reivindicarse en el mundo de la danza mundial?

R. Sinceramente nunca he buscado el reconocimiento. Siempre he trabajado para mí, para mi crecimiento personal y artístico. Yo creo que al flamenco no le hace falta nada. Ningún nombre y ningún premio. Porque el flamenco es un arte que está por encima de todo eso. Y el flamenco tiene el reconocimiento internacional. Pero sí creo que el Benois ha hecho que la mirada de cierto público que conocía el flamenco, pero lo entendía como un arte no tan serie, de repente lo ha puesto en su lugar. Ahora puede que lo tomen más en serio de lo que ya se tomaba, porque tampoco quiero decir que al flamenco no lo tomaran en serio. El flamenco goza de una salud a nivel internacional excepcional.

P. ¿Prefiere que le llamen bailarín o bailaor?

R. A mí me gusta que me llamen danzaor. Es que eso es lo que yo hago. Yo hago danza. Hago flamenco, por lo que soy bailaor, y hago otras danzas, por lo que soy bailarín. Pero me siento más cómodo con que me llamen danzaor.

P. En Cádiz hay expectación por verle. ¿Qué se va a ver de ese Baile de Bestias que va a representar en el Monumento a Las Cortes en la plaza de España?

R. Lo que traigo a Cádiz es un "working progress" sobre Baile de Bestias, que es un espectáculo que estrenamos en otoño en la Universidad de Pamplona y que luego iremos con él Guggenheim. Son 15 o 20 minutitos del trabajo que estamos desarrollando para crear este espectáculo que habla de las bestias de cada uno, que, a veces, es importante dejarlas salir, tener conversaciones con ellas, bailar con ellas. Habla sobre la quietud en el movimiento, sobre mi crecimiento... Es un espectáculo muy pequeño, un pequeño regalo que me hago a mí mismo. Era un proyecto que se iba quedando atrás y que me apetecía poner en primer plano. Estoy feliz con el desarollo conceptual y dramatúrgico. También a nivel coreográfico. Va a ser la primera vez que estaré en Cádiz actuando. Y el público de Cádiz no se va a quedar indiferente.

P. ¿A qué le suena Cádiz?

R. Me suena a mar, a risa, a sol. Me suena a atardecer. Para mí Cádiz es muy especial. He vivido momentos personales muy bonitos aquí. Y me suena a tranquilidad, a bienestar.

P. ¿Quiénes son sus bestias ahora mismo?

R. La bestia soy yo mismo. Todos mis espectáculos nacen de una necesidad personal y de alguna duda sobre la que quiero aprender. En este caso, estaba reflexionando sobre la quietud en el movimiento, cómo descubrir dónde nace el movimiento real, cómo el movimiento nace del hueso y empuja al músculo. Y a raíz del estudio de mi quietud empezaron a salir algunas bestias que no conocía. Mis miedos, mis pudores... y me pareció interesantes darles voz. Uno, como artista, intenta ocultarlas para ofrecer nuestra mejor versión. Pero hay veces que hay que sacarlas, que se cansen y se vuelvan a dormir.

P. ¿Cómo se le presenta este año?

R. Pues la verdad es que antes del premio ya teníamos una agenda bastante completa. Con el Benois, todo se está multiplicando y me provoca mucha felicidad. Porque cada función que representamos son más familias que pueden llevar un sueldo a sus casas, que es algo muy complejo. Y más para la danza, que es la hermana pobre del resto de la cultura. Estoy en un momento feliz, con la agenda repleta, porque tengo nuevo proyecto y vengo de uno, El Salto, que está teniendo muy buena acogida. Estoy en un momento muy dulce.