El 75% de los problemas de salud mental que se desarrollan en la etapa adulta ya aparecen en la infancia
"El cierre escuelas, no poder ver a sus amigos, el aumento de la pobreza en las familias, un mayor tiempo de exposición a las pantallas, los malos hábitos alimenticios o el sedentarismo son algunas de las situaciones que más han afectado a los niños y adolescentes", explica Mercedes Bermejo, Coordinadora de la sección de psicología clínica de la salud y psicoterapia del Colegio oficial de Psicología de Madrid
El 75% de los problemas de salud mental que se desarrollan en la etapa adulta, ya aparecen en la infancia
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Madrid
La pandemia ha despertado una oleada de casos relacionados con nuestra salud mental, especialmente entre los más jóvenes. Niños y adolescentes que según pediatras, psiquiatras y psicólogos cada vez llegan más a sus consultas con más cuadros de ansiedad, depresión, y en los casos más graves, intentos de suicidio. Una situación muy grave que preocupa, tanto por el presente de estos chicos y chicas, como por el futuro de nuestra sociedad.
Ansiedad, depresión o frustración son algunos de los problemas que descubren psicólogos como Mercedes Bermejo, Coordinadora de la sección de psicología clínica de la salud y psicoterapia del Colegio oficial de Psicología de Madrid, en los menores que llegan a la consulta. La principal causa, las restricciones de la pandemia. “No debemos de olvidar que socializar es también una parte muy importante de nuestro desarrollo”, explica. El cierre escuelas, no poder ver a sus amigos, el aumento de la pobreza en las familias, un mayor tiempo de exposición a las pantallas, los malos hábitos alimenticios o el sedentarismo son algunas de las situaciones que más han afectado a los niños y adolescentes", enumera. Lo que desemboca en posibles trastornos alimenticios, problemas en el estado de ánimo, ansiedad, futuros trastornos de la personalidad, alteraciones del sueño, fobias, y en los casos más graves, pensamientos y tentativas de suicidio.
De hecho, el suicidio entre adolescentes ha aumentado en el último año. “La situación de incertidumbre, hostilidad, descontrol, falta de libertad y miedo provoca una ruptura en nuestro sistema inmunológico provocando desequilibrios en nuestra salud mental”. Así como con el fallecimiento de familiares ha pasado algo parecido: “Les genera un sentimiento de culpa. La culpa de que pueden haber sido ellos quienes hayan contagiado” y alerta de que estas secuelas pueden perdurar al menos 2 años.
Gabriel Rubio, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, contaba en Hoy por Hoy Madrid cómo las urgencia pediátricas se encuentran, desde hace meses, desbordadas. “En el Puerta de Hierro han tenido que habilitar una planta entera para tratamientos infantiles. Están desbordados. Además, no hay psicólogos por la pública”, denuncia.
Una de las claves para mejora esta situación es normalizar la terapia. “Si llevamos a nuestros hijos al pediatra cuando tiene fiebre, por qué cuando notamos que están alterados no consultamos con un psicólogo o psicóloga”. Aunque deja algo de esperanza al reconocer que en los últimos años sí se ha avanzado en esta materia.
La otra gran parte de la solución se centra en la comunicación, en estar atentos a las reacciones de los menores. Una conducta alterada, cambios en la comunicación con la familia pueden ser señales de que hay un problema. En ese caso debemos “hacer que se sientan cómodos y seguros para expresar cualquier cosa”, aconseja Bermejo.
El 75% de los problemas de salud mental que se desarrollan en la etapa adulta, ya aparecen en la infancia. “Si invertimos y prevenimos desde pequeños en cuidar esa parte de la salud, podremos tener una población adulta con menos secuelas y problemas de salud mental”, asegura.