El tiempo es relativo
Comentario inicial de David Perdomo, en 'Hoy por Hoy Las Palmas'
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Las Palmas de Gran Canaria
Es curioso cómo es el tiempo, es relativo según la persona y sus circunstancias. Y si no fíjense. No es lo mismo estar 5 minutos sentado en su sillón, escuchando la radio, que estar 5 minutos bajo el agua y sin oxígeno. Es el mismo tiempo, pero mientras en una situación esos minutos pueden pasar volando, en la otra parece una eternidad que nunca acaba. El tiempo puede alargarse como un chicle o parecer un suspiro, todo depende, como les digo, de quiénes seamos, cómo sea nuestra vida o qué momento nos haya tocado vivir.
Otro ejemplo: 927 días. Para que se hagan un idea, desde el 8 de diciembre de 2018 hasta hoy han pasado exactamente eso, 927 días. Fíjense que desde entonces han ocurrido cosas, una pandemia incluida, pero para la mayoría, con un vida normal, esos 927 días podemos resumirlos en un suspiro. Sin embargo, para otras personas, han sido 2 años y medio de espera, de incertidumbre y, para muchos, también de sufrimiento. Ese tiempo, 927 días, es lo que se tarda de media en Canarias en resolver los expedientes de la conocida como Ley de Dependencia. Una eternidad que en los dos últimos años, se ha duplicado.
Hemos pasado de una espera de 510 día, en 2018, a esos 927, de 2020. Según el Gobierno de Canarias porque se han iniciado los trámites para casos de dependientes que llevaban años esperando en un cajón a que alguien, por lo menos, los leyera. Aunque da igual las razones, y si hemos mejorado un poco o no, 927 días es mucho tiempo para cualquiera, pero sobre todo para aquellas personas que necesitan ayuda para sus quehaceres diarios o para los familiares de los dependientes que tienen que estar atentos a ellos durante 24 horas al día. Más de 8.000 dependientes esperan por esa prestación que ya se les ha asignado. Y unos 16.000 están aún peor, en el primer paso, se encuentran en la lista de espera para que valoren su caso. Muchas fallecerán antes de, ni siquiera, ser evaluados.
Pasan los años, ese tiempo que es relativo, y Canarias sigue a la cola de la Dependencia. Un derecho que tienen los más vulnerables, desde 2006, y que en las Islas es todavía un sueño inalcanzable para muchos. Una espera injusta y cruel. Que aunque para la mayoría de la población sean días, sin más, para otros, los dependientes y sus familiares, es como estar horas bajo el agua y sin oxígeno.