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Copa de Campeones Juvenil

El Deportivo elimina al Real Madrid y jugará la final

Los de Óscar Gilsanz maniataron a los merengues. El domingo afrontarán una final histórica

Los juveniles del Deportivo celebran el gol / RC Deportivo

Los juveniles del Deportivo celebran el gol

A Coruña

El baby Centenariazo tuvo lugar en Marbella. No fue como el original, alzando un título con el silbido final del árbitro. Cuando el Deportivo asaltó el Bernabéu, los protagonistas del baby Centenariazo no eran más que proyectos vitales en la cabeza de sus progenitores. Pero ayer de nuevo unos aguerridos chicos del noroeste batieron a una constelación de estrellas. Un equipo formado a base de picotear en las mejores canteras del resto de la península, un catálogo de talento sazonado con apellidos ilustres (Cañizares, Zidane, Gudjohnsen...)

El Deportivo hizo historia clasificándose para la final de la Copa de Campeones luego de eliminar al Real Madrid por 1-0. Los de Óscar Gilsanz dieron una lección de madurez, manejándose sin errores ante la presión madridista y sabiendo interpretar a la perfección lo que requería el partido en cada momento. Un equipo plagado de futbolistas que la próxima campaña seguirán siendo juveniles y en cuyo once incluso figura un cadete. Este domingo, a las doce del mediodía, buscarán el título ante el ganador del FC Barcelona-Málaga.

Salió el Real Madrid dispuesto a demostrar su condición de favorito. Los merengues monopolizaban la posesión pero solo inquietaban con disparos lejanos. Los coruñeses juntaban sus líneas, cerraban los pasillos hacia su área y salían con peligro a la contra. En una de ellas Mella no acertó a rematar un centro de servido por Trilli desde la banda. En los madridistas Peter, habitual en el equipo de Segunda B, capitaneaba las acciones ofensivas. La pausa de hidratación se le atragantó al Dépor y el Real Madrid gozó de las mejores ocasiones. Una desbaratada por Fito bajo palos y otra salvada por el meta Brais fueron las más destacadas. En la recta final el Deportivo se rehizo y gozó de dos claras ocasiones en los pies de Noel. En una de ellas, en el 43´, consiguió forzar un córner que dio origen la gol. Estrategia ejecutada con precisión de cirujano: señalización de jugada, Barcia aparece en el primer palo y Fito cabecea a gol en el segundo. Con la ventaja en el marcador se fueron los de Gilsanz al vestuario.

En la segunda mitad se repitió el guión del arranque de la primera. Posesión para el Madrid y primera ocasión clara en el 5´, en una combinación por banda derecha que acabó en un remate pegado al palo de Romera sacado por Brais. La respuesta la puso el Deportivo a la contra, demostrando que podía matar el partido si los merengues se descuidaban buscando el empate. El Real Madrid empujaba a los blanquiauzles hacia su portería y los coruñeses se metían en la trinchera esperando su momento. Los extremos a pie cambiado de los blancos buscaban posiciones de disparo desde la frontal, pero se encontraban con un Dépor muy bien colocado.

Pese a que los de Gilsanz defendían con orden y mostraban una madurez inusual a estas edades, el Madrid empezaba a encontrar algunas grietas con las que inquietar a Brais. Una semifinal ante el Real Madrid lleva incluida grandes dosis de sufrimiento y sacrificio... las finales no se regalan. En el 12´ de la segunda mitad Brais Suárez sacó otra mano para desviar un lanzamiento de falta de David que se colaba en su portería.

El Deportivo se prensaba y tejía una red en la que los madridistas se desorientaban. Situaban tres líneas de futbolistas en apenas 15 metros debido al empuje de los blancos. Llegaba menos el Dépor que en la primera mitad e intentaba aprovechar cada ataque como el bien escaso que era. Aranda y Bruno buscaban disparos lejanos que no cogían puerta pero cortaban la respiración de los coruñeses. Y si los lanzamientos eran entre palos, ahí emergía un inmenso Brais Suárez. Se acercaba el minuto 90, al Madrid se le acababan las ideas y los coruñeses cada vez creían más en batir a Goliat. Aranda era ya el principal problema para el Dépor, encarando una y otra vez. Luego llegaron los centros laterales, abortados por los centrales del Dépor. Fito y Barcia se transformaron en Naybet y Andrade. Siempre bien colocados, siempre perfectos, dando confianza a todo el once. El Dépor era impenetrable, el rival se consumía y finalmente acabó hincando rodilla en tierra.

 
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