Fuegos que asustan

Las Palmas de Gran Canaria

Hay muy pocas cosas que a mayores, jóvenes y niños nos haga ilusión por igual. A mí sólo se me ocurren un par de ejemplos, entre ellos están los fuegos artificiales. Los voladores, aquí en Canarias, nos fascinan. A todos. No sé qué tienen pero nos convertimos en una especie de polillas que nos volvemos medio bobos al mirar a ese espectáculo que ilumina el cielo con distintas formas y colores. Un arte efímero que no sólo se ve sino que también se escucha y mucho. Y ese es el problema.

Anoche, los que vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, por ejemplo, lo volvimos a comprobar con los fuegos de la Noche de San Juan. Y algunas personas y, sobre todo, animales lo volvieron a sufrir. Como la perrita de Jorge Bolaños, un humorista que cuando se encendían las hogueras compartía un vídeo en Instagram que se ha vuelto viral. En él se ve a su mascota asustada por el ruido de los voladores. Algo que le habrá pasado a muchos.

Cuando los perros escuchan ruidos fuertes, como el de los voladores o petardos, se activa la respuesta de lucha o escape. A esto le acompaña a que cuentan con una capacidad auditiva que, en el caso de los perros, es mucho mayor que la que tenemos los humanos. Por eso huyen, tiemblan de miedo y, en ocasiones, mueren por fallos en el corazón. Aunque también hay personas que sufren con estos ruidos. La ligirofobia es el nombre que se le da al miedo persistente e intenso a los sonidos fuertes o muy agudos e inesperados, en especial, en personas con capacidades especiales como las que tienen Trastorno del Espectro Autista.

Y hoy lanzamos la pregunta que anoche también hacía enfadado Jorge: "¿no hay otra forma de celebrar las cosas que con ruido?", La respuesta es sí. Hay pirotecnia sin ruido, únicamente con color y luz. Ahora sólo falta que las instituciones pongan el foco en las personas y animales que sufren con ese estruendo, que también se merecen disfrutar de las celebraciones. Es de justicia y una cuestión de humanidad que con este tema dejemos de hacer oídos sordos.