Del autochantaje emocional a la obsesión: los jóvenes afrontan la depresión y ansiedad acentuada en pandemia

Madrid

“Era todo el día estar de altibajos: estaba contenta, luego recaía y estaba super triste, no hablaba con nadie y trataba muy mal a mi familia".  Es el testimonio de Cristina. Padecía ansiedad leve desde hacía tiempo, pero los tres meses encerrada en casa durante la pandemia empeoraron su situación. Al igual que a ella, a Ana también le afectó el confinamiento: la depresión la devoró y un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) que ya traía desde hacía siete años volvió a aparecer.

La pandemia ha impactado en la salud mental de muchas personas y especialmente ha habido un repunte en los jóvenes. El efecto que ha provocado la COVID-19 ha sido incrementar o redescubrir enfermedades que ya estaban ahí. “Es un problema que ya estaba ahí. Por ejemplo, el mío era no estar conmigo misma. No querer estar conmigo misma, necesitar estar con gente todo el rato”, se sinceraba Ana. Su TCA reapareció con el confinamiento. Ella acusaba a las redes sociales de ello. “Veía a la gente haciendo deporte y pensaba que iba a ser la única que iba a engordar. Comencé a hacer deporte en mi casa y me pasé”.

Al igual que en muchas otras personas que no necesariamente tienen por qué padecer una afección mental, la pandemia les generó incertidumbre. En el caso de Ana, quien admite ser una persona calculadora y con una interna necesidad de mantener todo bajo control, la sensación de no saber qué podría suceder después se apoderó de ella. En aquel momento, lo único que podía controlar era su cuerpo. Sin embargo, lo que derivó de ese control no fue la vuelta del TCA, sino la reaparición de un problema que ya le apareció cuando sufrió anorexia con 15 años: la depresión. Se sentía triste, lloraba… Nunca se llegó a lesionar, pero los pensamientos sobre hacerse daño e, incluso, sobre quitarse la vida sí rondaron por su cabeza en algunos momentos.

La ansiedad de Cristina vino relacionada con la universidad. Durante el confinamiento llegó a obsesionarse con los estudios. “Era como tener una persona que todo el tiempo te está diciendo lo que tienes que hacer. Tienes que estar estudiando las 24 horas al día”. Si Cristina se distraía más de cinco minutos, su propio trastorno le manipulaba. Su autochantaje emocional le obligaba a volver a los estudios, porque si no lo hacía, podría temer lo peor”. que tenía que volver. Cuanto más tiempo pasaba consigo misma, más frecuentes eran los comentarios y peor se relacionaba ella con el exterior.

 Pero Cristina y Ana no son los únicos casos a los que la pandemia les ha afectado de manera psicológica. Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid revela que la población de los 18 a los 34 años es la que más ha acudido a los servicios de salud mental, ha sufrido más ataques de ansiedad, ha tenido más síntomas de tristeza y han sido las personas que más han modificado su vida habitual debido a esta situación. El estudio también revela que el 12,6% de personas que conviven con sus hijos o nietos han buscado ayuda profesional para la salud mental de sus descendientes. De esta cifra, un 69,7% ha acudido a profesionales de la psicología.

Los expertos añaden que los diagnosticados con estas enfermedades mentales en la pandemia ya presentaban sus enfermedades de antes. Es decir, lo que ha hecho la pandemia ha sido acrecentar trastornos que ya existían. Asimismo, este año hemos vivido una desestigmatización. Los medios de comunicación y algunos partidos políticos comienzan a normalizar que no siempre se tiene por qué gozar de salud mental (y que no pasa nada por no gozarla). Ana, una de las dos chicas del reportaje, hacía un llamamiento a toda la población que se sentía mal o con diferentes miedos. Les animaba a ponerse en manos de profesionales porque “no es normal, no se tiene por qué vivir así”.

La salud mental también ha empeorado a los adolescentes a raíz de la pandemia

La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha una Unidad de Hospitalización de Psiquiatría Infanto - Juvenil, es decir, para las personas de entre 12 y 17 años, en el Hospital 12 de Octubre. La Unidad dispone de un área de terapia ocupacional, zonas de ocio y un espacio diseñado para el grupo de edad afectado. Es uno de los cuatro hospitales que ya contaban con una unidad de psiquiatría para este rango de edad: El Hospital Puerta de Hierro, El Niño Jesús y Gregorio Marañón. La apertura de esta nueva unidad se encuentra dentro de un Plan de Respuesta a la pandemia de COVID-19 impulsado por la Comunidad de Madrid, al que se ha dotado con 3,5 millones de euros.