Madrid recupera su Orgullo sin carrozas, pero con más reivindicación
La manifestación del Orgullo ha recorrido las calles de Madrid con los derechos de las personas trans en el foco de las reivindicaciones
Madrid
Tras el parón de la pandemia, Madrid ha recuperado este sábado su tradicional marcha del Orgullo LGTBI en una edición menos espectacular, sin carrozas, pero igual de festiva y especialmente reivindicativa, con la exigencia de una ley trans "integral" como lema principal.
A las nueve y cuarto de la noche alcanzaba la plaza de Colón, con la canción de Alaska "A quién le importa" de fondo, la cabecera de la manifestación, cuyos asistentes, limitados en teoría a 25.000 y que según la Delegación del Gobierno han sido 12.000, llegaban en ese momento hasta la plaza de Neptuno, donde, a la cola, estaban los partidos políticos.
A diferencia de 2019, cuando los representantes de Ciudadanos tuvieron que abandonar la marcha al ser increpados por pactar con Vox, la de este año ha transcurrido relativamente pacífica.
Tan solo algunos grupos aislados han abucheado a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, y al secretario general de Cs, Edmundo Bal, con frases como "¡fuera del Orgullo!" a las que los políticos han contestado con "Ningún paso atrás frente a la libertad".
Eso sí, los partidos que han partido con sus respectivas cabeceras (PSOE, Podemos, Ciudadanos y Más Madrid) de Atocha no han podido llegar a la plaza de Colón, ya que un grupo de activistas trans les han bloqueado el paso con una sentada cuando, a las 21.40 horas, hacían su entrada en la plaza de Cibeles.
Los activistas han dirigido su protesta contra los políticos del PSOE, representados por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la portavoz del grupo parlamentario socialista, Adriana Lastra, entre otros.
"Podréis pasar si hay ley trans", "Nos echáis de la ley, os echamos del Orgullo", "Fuera el PSOE de nuestro Orgullo" y "Vergüenza", les han coreado en petición de más avances en la ley trans que inicia ahora su andadura parlamentaria.
La plaza de Colón, a la que solo ha conseguido llegar Más Madrid tras bordear la protesta, ha sido el lugar elegido para acabar la marcha, como símbolo de la intención del colectivo de recuperar un espacio copado por la derecha y la ultraderecha en los últimos tiempos.
"Ni un paso atrás", en referencia a la ultraderecha, ha sido el lema de la segunda de las tres cabeceras elegidas para este año, cada una con su propia reivindicación.
"Denunciamos, aquí y ahora, los discursos de extrema derecha alimentados por Vox, porque son culpables del aumento de agresiones que sufrimos", dice el manifiesto leído en Colón, que no olvida "la responsabilidad de aquellos partidos que pactan con el odio para obtener réditos a corto plazo".