24 horas

Las Palmas de Gran Canaria

¿Se han fijado todo lo que podemos hacer en 24 horas? A veces es una eternidad y, en ocasiones, es un suspiro. Desde que suena el despertador los humanos somos capaces de desayunar, preparnos, ir a trabajar, hacer la compra, llevar los niños al cole, ir a la playa, recoger la casa, escuchar la radio, poner una lavadora, quedar con amigos, ir al cine, leer un libro, hacer ejercicio, ver la tele, cenar, volver a dormir... Podemos hacer todo eso o el pack básico: dormir, comer y calentar el sillón.

24 horas dan para hacer mucho o para no hacer nada. Y las 24 horas de este domingo son el ejemplo de lo que se puede hacer. Una vez más los que han trabajado, dejándose la piel, son los y las sanitarias, en esta ocasión, en la isla de Tenerife. Allí, ante el incremento de contagios por la COVID-19, han realizado la primera jornada de inmunización durante 24 horas seguidas. Desde antes de las siete de la mañana había gente esperando para recibir una vacuna en una pabellón de La Laguna y, en torno a mediodía, muchos ya llevaban más de dos horas de cola. Más de 8.000 personas, de entre 40 y 59 años, recibían en 24 horas una monodosis de Janssen, por lo que en unos días ya serán inmunes al coronavirus.

Han sido 24 horas de esfuerzo y compromiso de sanitarios y también de muchos ciudadanos que intentan así acabar con la pandemia. Aunque curiosamente en esas 24 horas, y en esa misma isla, muchos han hecho todo lo contrario para fulminar al virus. No han hecho nada, pese a que podían. Me refiero a la mayoría de las 54.000 personas que fueron citadas para hacerse una prueba de antígenos para controlar los contagios. De las 54.000 sólo 1.700 acudían a la cita. Ni un 3% fue a ese cribado en el que que se detectó más de un centenar de positivos de COVID. Me imagino que el resto preferiría ir a la playa, ver la tele, o evitar una cuarentena.

En sólo 24 horas podemos hacer millones de cosas o no hacer nada. Y lo curioso es que necesitamos sólo unos minutos para descubrir que hay gente responsable con su salud y con la de los demás y otros que, aunque pase el tiempo, siguen pasando de todo.