Sobre las predicciones incumplidas del Gobierno

Santa Cruz de Tenerife
Supongo que habrá quién recuerde todavía aquella alegre fantasía de la recuperación en ‘V’ con la que Román Rodríguez nos amenizaba la espera del Plan Reactiva. O la explicación de que en las crisis las islas caen mucho más abajo que los territorios del continente, pero se recuperan más rápido y bla bla bla… Es posible que también haya quien recuerde las cifras que nos prometían un crecimiento del 9 por ciento para este ejercicio, en clara demostración de que aquí las cosas se pondrían de nuevo en su sitio de forma fulgurante, demostrando a la caterva de pesimistas y enemigos agazapados del Gobierno de progreso lo muy equivocados que estaban…
Bueno, pues resulta que ayer el Gobierno de Canarias rebajó en un tercio sus optimistas previsiones para este año concreto, anunciando que el crecimiento del PIB en Canarias, si funciona bien la vacunación de los más jóvenes, si se produce la apertura de los mercados turísticos y si empapa el riego de 1.144 millones en ayudas a autónomos y empresas del archipiélago… si todo eso ocurre y tiene los efectos esperados, pues el PIB se moverá entonces probablemente en torno al 6,3 por ciento. Eso significa que –en contra de lo que nos dijeron desde el Gobierno- Canarias no recuperará hasta la primavera de 2023 –si todo va bien y nada se tuerce- los datos que registraba su economía antes de la pandemia.
Esos son los nuevos pronósticos que nos ofrece para este 2021 –el que había de ser “el año de la recuperación”- la Consejería de Economía (quien ha hablado es el viceconsejero Blas Acosta, don Román ha preferido guardar silencio). No se trata de una sorpresa: la mayor parte de los isleños sabemos desde que empezó esta crisis que sería duradera y difícil, que provocaría extraordinarios sacrificios y que miles de personas pagarían con sus vidas, sus haciendas y su seguridad la crisis hasta que la economía planetaria se recupere. Mientras tanto, los gobiernos seguirán haciendo previsiones: la de ahora es que 2022 será el año en el que el PIB crezca un nueve por ciento. Y a lo mejor hasta resulta que para entonces es verdad.




