El botellón derrota a las policías
Aceptamos con naturalidad que las autoridades han decidido tomarse en serio el botellón, sin preguntarnos por qué no actuaron hace una década

La línea roja Matías Vallés (06/07/2021)
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Palma
Buenos días. La buena noticia es que ha empezado en Balears la guerra contra el botellón.
La mala noticia es que la estamos perdiendo.
Como de costumbre, la buena y la mala noticia están entrelazadas.
Aceptamos con naturalidad que las autoridades han decidido tomarse en serio el botellón, sin preguntarnos por qué no actuaron hace una década.
Es verdad que el botellón no contagiaba entonces el coronavirus, pero ocasionaba quebrantos notables a quienes tenían que soportarlo.
Los partidos y las policías permitieron como mínimo el auge del botellón.
Además, las policías locales tenían demasiados problemas internos para dedicarse a su teórica misión de vigilancia.
Si no lo creen, basta con repasar las secciones de tribunales.
Ahora el botellón no solo contagia, sino que se ha multiplicado.
Han quedado ampliamente desmentidos quienes lo asociaban con las restricciones a la restauración, porque las ha sobrevivido.
En estos fines de semana de vigilancia, no ha habido menos botellones, sino diferentes.
El botellón derrota a las policías, poco habituadas a perseguirlo.
Porque los políticos siempre se tomaron a broma el botellón.
Ahora es el botellón quien se ríe de ellos.




