El callejero de Bedmar a lo largo de su historia, último libro del cronista de la localidad
Coincide con el 46 aniversario de José Manuel Troyano Viedma de su nombramiento
También repasa sus publicaciones durante la pandemia
Jódar
La presentación del libro ‘El Callejero de Bedmar a lo largo de su Historia: Aproximación histórico-artística, económica y social’ por parte de su autor, José Manuel Troyano Viedma, Cronista Oficial de la Villa de Bedmar y Garcíez, coincidiendo con 46 aniversario de su nombramiento, una actividad organizada desde la Asociación ‘Bedmar Debate. Foro de Encuentro y Reflexión’, que preside Fernando Viedma Fernández.
El acto contaba con la presencia del alcalde de Bedmar y Garcíez, Pablo Ruiz Amezcua, acompañado por la concejala de Cultura y Primer Teniente de Alcalde, Trinidad Torres Amezcua.
El acto lo abría el presidente de ‘Bedmar Debate’, Fernando Viedma, que hacía un repaso a la biografía del autor, su nombramiento como cronista y el papel de los cronistas en la historia de los pueblos, “… Fue nombrado cronista en sesión plenaria del Ayuntamiento de Bedmar, el día 7 de julio de 1.975. Se trata de un cargo honorifico y sin ningún tipo de remuneración… Desde el siglo XVII los cronistas juegan un papel importante en la vida local de municipios y ciudades… El primer cronista de la provincia fue un galduriense, D. Antonio Almendros Aguilar… La función del cronista es asesorar e informar, investigar, promocionar y defender los valores históricos, artísticos, urbanos, paisajísticos y humanos de la localidad… Nuestro cronista cumple, ampliamente, todas estas funciones, y es que a su sólida formación académica se le une un gran espíritu investigador y una gran capacidad de trabajo…”.
La concejala de Cultura, Trini Torres, agradecía la gran labor que viene ejerciendo durante todo su período como cronista, “… Dando a conocer nuestra historia. Y recordar las rutas culturales que lleva realizando durante bastantes años, en el verano, dentro del CULVE. Que se echan de menos porque eran muy divulgativas. Y esperemos que pronto las podamos recuperar con fuerza… Invitaros a que participéis en las actividades del CULVE, que, a pesar de la pandemia, no hemos querido dejar de lado la cultura… Con las limitaciones que hay, hemos podido sacar una gran programación cultural…”.
Por su parte, el alcalde de Bedmar y Garcíez, Pablo Ruiz, destacaba la importancia de una publicación como el callejero, para identificar todas las calles del municipio, y el porque del nombre de cada una de ellas, “… Son cosas que pasamos por alto, pero que, cuando llega el momento, hay que darle su importancia… Cobra mucha importancia este tipo de obras… Pensamos que Bedmar siempre ha estado donde está… Miramos la ‘Cueva del Murallón’ y decimos que pasaba ahí… La mayoría de las calles tienen nombre de gente importante para el pueblo, como han sido los médicos, profesores, maestros, algunos políticos, algunos eventos transcendentales… Algunas destacan barrios en los que se realizaba alguna labor: Esparteros, Herrerías, Emigrantes…”.
El autor, José Manuel Troyano, en su extensa exposición, explicaba la evolución y el crecimiento del casco urbano del municipio, siempre en torno a los centros parroquiales y las fuentes de agua, “… El pueblo va creciendo desde el siglo XV en torno a unos núcleos relacionados con la iglesia, sobre todo con santos que se dedicaban a la protección de los agricultores… En la zona de la ‘Pililla’ tenemos las aguas procedentes del Peñón de San José, y en el otro lado tenemos ‘El Pilarejo’, ‘La Rambla’ que recogía las aguas de la Llana Alta y Llana Baja, porque todas esas casas tenían pozo… En torno a las iglesias, también, porque eran lugar de cementerio. Hasta principios del siglo XIX no se construye el primer cementerio civil de Bedmar…”.
Uno de los aspectos en los que incidía era en los numerosos cambios de los nombres de las calles, que se iban adoptando según los años, ponía como ejemplo el Camino Viejo, “… Hay calles que han tenido muchas denominaciones y otras han tenido varias denominaciones en la misma calle. Si cogemos el Camino Viejo, resulta que primero Camino Viejo, después Olof Palme, La Cruz, Llana Baja y Rambla…”.
Durante el acto, el autor repasaba, también, las diferentes publicaciones e investigaciones realizadas por el propio Troyano Viedma, sobre los municipios de Bedmar y Garcíez, durante la pandemia.