Este verano, cuida los oidos de tus hijos

Sevilla

El Dr. Francisco Vázquez, del servicio de ORL pediátrica y director médico de HLA Santa Isabel, nos habla sobre la otitis, tan común en verano, y cómo proteger a los niños de ella.

Por fin ha llegado el verano. Con ello, las vacaciones escolares, las mañanas de playa y las tardes de piscina. Pasar el día dentro del agua puede ser muy divertido para los más pequeños de la casa, pero hay que llevar mucho cuidado, ya que existen riesgos a los que los oídos de los niños están expuestos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) casi el 60% de la pérdida de audición de los niños se debe a la otitis. Además, diversos estudios afirman que el 84% de las otitis externas también conocida como “otitis del nadador” se originan en verano, a través de bacterias u hongos que se encuentran en el agua y que entran en contacto con el conducto auditivo al sumergir la cabeza durante un buen rato.

“Antes de nada, hay que tener en cuenta que puede que haya factores que predisponen anatómicamente a los más pequeños de la casa a sufrir esta patología”, explica Francisco Vázquez, del servicio de ORL pediátrico y director médico del HLA Santa Isabel, y añade “como por ejemplo, estrechez del Conducto Auditivo Externo (CAE) o pequeñas dermatitis del conducto que facilitan su maceración con la humedad y el calor y con ello la penetración de gérmenes”. Escuche la entrevista completa con el doctor Vázquez:

Para asegurarnos de que nuestros hijos no sufran otitis este verano es indispensable evitar la manipulación con bastoncillos, los rascados y llevar mucho cuidado con la entrada de agua en los oídos que alcalinice la piel facilitando también la infección.

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¿Cómo sabemos que nuestros hijos tienen otitis?

En verano proliferan las otitis externas (en un 90% de los casos se producen por infección bacteriana). Asimismo, esta clase de infección se divide en varios tipos:

- Otitis Difusas o extendidas a la piel del área mastoidea: que proceden del hueso que está localizado detrás del oído.

- Otitis Circunscritas: la infección de un folículo piloso de los pelos que presenta el conducto auditivo externo (CAE).

- Otitis Micótica u Otomicosis: Es la menos frecuente y es la infección cutánea del canal auditivo externo que se origina por hongos de los géneros aspergillus o cándida albicans.

El Dr. Vázquez señala que entre los principales signos de alarma que advierten que los niños podrían sufrir esta patología están “el dolor espontaneo y la palpación del trago”. A lo que añada que “en casos de otitis difusas puede añadirse sintomatología general como fiebre o malestar general. Además, puede haber sensación de plenitud ótica (es decir, sensación de taponamiento, ocupación y presión en el oído) en las difusas y en menor medida en las circunscritas. En la nicóticas sin embargo predomina el picor sobre el resto de la sintomatología”.

El tratamiento para hacer frente a este tipo de infecciones depende del tipo de otitis y la gravedad, aunque en general se servirá de un tratamiento tópico con gotas antibióticas o de antifúngicos, y en los casos más graves antibióticos, antinflamatorios y/ o antitérmicos.

Lavarse las orejas, pero no los oídos

A pesar de que cuando pensamos en otitis lo primero que se nos viene a la cabeza es el agua de la piscina o de la playa, todo lo que modifique la normalidad del oído aumenta la posibilidad de infecciones, como es el caso de las lesiones producidas por el rascado o el uso de bastoncillos. Pero ¡cuidado!, una higiene excesiva también puede resultar perjudicial, ya que como afirma el Dr. Vázquez, “no olvidemos que el cerumen tiene un efecto protector y si se elimina sin criterio puede favorecer las otitis”. Por lo tanto, solo se debe realizar un lavado ótico cuando ocluye el conducto de manera importante produciendo molestias e hipoacusia. Tal como aconseja el profesional del HLA Santa Isabel, el mejor tip es “lavarse las orejas, pero no los oídos”.

Sangrado nasal en verano

Además del oído, la nariz también requiere atención en verano, ya que son recurrentes las epistaxis o sangrado nasal. Este tipo de hemorragia puede ser relativamente frecuente tras una exposición excesiva al sol o crisis de estornudos, aunque es importante recordar que en ocasiones también hay sangrados sin un motivo aparente que los origine.

“Suelen ser leves y en muchos casos auto resolutivos”, explica el Dr. Vázquez y añade que “en caso de un sangrado excesivo o reiterado, hay que acudir a consulta, donde el especialista colocará un taponamiento nasal anterior (se trata de un tapón largo, hermético, hecho de capas de gasa, recubierto de vaselina, en la parte anterior de la nariz desde el fondo de la cavidad nasal hacia arriba) que suele ser resolutivo. “A pesar de que por lo llamativos de una hemorragia suele originar bastante temor en los niños y su familia, no hay que asustarse, ya que la gran mayoría de casos son leves”, concluye el profesional del HLA Santa Isabel.