Cuando Carmelo Miranda fue el escudero fiel de Indurain
Se cumplen 26 años de una imagen antológica para el deporte arandino cuando el `primer ciclista profesional de la Ribera abrió camino al pentacampeón del Tour antes de la exhibicón del navarro en la subida a La Planche
Aranda de Duero
Este 11 de julio no es una fecha más para el deporte ribereño. Corría el año 1995. Todas las cámaras de televisión se centraban en el acontecimiento del verano, el Tour de Francia. Una edición en la que la expectación se centraba en saber si Miguel Indurain lograba su 5º Tour, y hacerlo de manera consecutiva a diferencia de los Merchx, Anquetil e Hinault.
Banesto contaba con un gran equipo en el que militaba el primer ciclista profesional en el pelotón internacional de Aranda de Duero, Carmelo Miranda. El ribereño se ganó con crees su presencia en las filas de la estructura navarra tras una sensacional temporada en la que llegó a ser segundo en la Ruta del Sur, solo superado en la general por el suizo Laurent Dufaux.
Aquel 11 de julio Carmelo Miranda fue partícipe directo de la jornada en la que Indurain dio un paso de gigante para hacer historia. La 9ª jornada entre Le Grand Bornard y La Plagne, de 160 kilómetros. Una etapa que será siempre será recordada por el ritmo infernal que impuso el corredor navarro en la subida final, con el que fue dejando atrás a sus máximos rivales (Rominger, Pantani, Tonkov, Jalabert), dando un paso de gigante hacia la consecución de su 5° Tour.
Allí estuvo un gran Carmelo Miranda que comenzó a generar una gran afición al mundo de la bicicleta en Aranda y Ribera para que, ahora, décadas más tarde, el profesionalismo cuente con dos representantes de Aranda de Duero: Sara Martín (Movistar Team -aquel Banesto-) y Mario Aparicio (Burgo BH)