Ruba cuelga las botas

Aranda de Duero

El jugador arandino Rubén Sanz, más conocido como Ruba en el mundo del fútbol, lo deja. Es irrevocable, y lo tiene muy meditado. Una oferta laboral en Fresnillo de las Dueñas, pegado a su Aranda natal, ha propiciado esta sorprendente decisión teniendo en cuenta su corta edad -28 años- y el buen currículum deportivo que ostentaba. Sin embargo, la compleja situación del futbolista profesional de estas categorías -que vive al día y cuando finaliza su carrera deportiva en muchas ocasiones se encuentra sin trabajo- ha propiciado que esta diferente oferta recibido por el arandino haya sido irrechazable.

El ya ex futbolista ha pasado este lunes por los micrófonos de la SER, que avanzaba la información a primera hora de la mañana, para dar respuesta a su nueva vida. "Es una decisión que llevo meses meditando. La oportunidad laboral y la lesión me han ayudado a decidirme; no ha sido fácil pero viene de tiempo atrás y con mi nueva vida también estoy contento. Echaré de menos el fútbol pero hay momentos en los que hay que agarrarse a lo que viene. La gente de mi lado me está apoyando y ayudando mucho en esta decisión. Poco a poco iremos a mejor", cuenta.

"La oferta laboral me da estabilidad económica y familiar. La grave lesión en Bembibre también te hace pensar. Estuve mes y pico escayolado, aún tengo alguna molestia en el tobillo y ha sido como la gota que ha colmado el vaso para tomar la decisión. No creo que vuelva a jugar a nivel profesional pero por lo que digo, este último año para mí no ha sido fácil, entre a nivel deportivo y psicológico ha sido muy duro y no me veo capacitado para volver a jugar, y para no estar al 100% y no estar dentro de una dinámica profesional prefiero apartarme", revela.

Gran jugador, gran persona

Que Ruba trascendía mucho más allá del terreno de juego es un hecho. En ello se reflejan las palabras de uno de sus ex compañeros como Borja Rubiato, con quien compartió vestuario en la Arandina durante un año y medio, más otro medio año en su última etapa como jugador del Real Ávila. El mundo del fútbol sin lugar a dudas echará en falta a un futbolista caracterizado por su velocidad y trabajo, que no pasaron nunca desapercibidas, pero menos aún su capacidad de integrar a cualquier nueva incorporación en el vestuario y su fácil amistad con quien se cruzara en su día a día.

Forjado en las categorías de la ya extinta Gimnástica Arandina, Ruba dio el paso fichando por el Burgos Promesas, antes de recalar en las filas del Real Valladolid, en las que estuvo enrolado siete años. En una etapa complicada, la Arandina fue su siguiente destino, y se hizo por méritos propios un hueco en el equipo. Un equipo con el que logró el único campeonato de Tercera División que ha logrado el club blanquiazul y el segundo y último ascenso a la ya extinta Segunda B. En total, cinco temporadas vistiendo los colores del equipo de su tierra, asumiendo labores de capitán, y dando la cara en los momentos más convulsos del equipo cuando las circunstancias extradeportivas lo rodearon. De ahí, pegó el salto al Alcoyano, con el que hizo un temporadón y sumó un nuevo ascenso. Y en su última temporada, sin contar mucho para su entrenador, decidió probar suerte en su comunidad pero enrolado en las filas del Real Ávila, con el que se lesionó y tampoco brilló como acostumbraba.

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Ruba siempre fue mucho más que un jugador. Querido por la afición ribereña, tiene claro que aunque lo deje, seguirá recorriendo El Montecillo. Pero cambiando la banda por la grada. De hecho, no duda en tender la mano a su equipo de siempre para desempeñar cualquier labor o función en su estructura si es necesario. Una muestra más de que siempre ha sido un capitán dentro del campo, pero más aún fuera de él.

La charla al completo con el ya ex jugador de futbol ribereño puede reproducirse en el siguiente audio.