Querellarse, vale, cerrar el canal, no
La sociedad mantiene una actitud muy favorable hacia quienes genéricamente llamamos 'influencers'

La línea roja Matías Vallés (15/07/2021)
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Palma
Buenos días. La sociedad mantiene una actitud muy favorable hacia quienes genéricamente llamamos ‘influencers’, espontáneos a medio camino entre los gurús y los periodistas que se han convertido en guías de la humanidad.
Los periodistas tenemos una parte de culpa de que personajes como Naim Darrechi prosperen y tengan audiencias millonarias, a través de redes que a menudo olvidamos que son empresas tan sospechosas como cualquier otra.
La audiencia dispara la soberbia, y la ebriedad de Naim Darrechi consigo mismo le ha llevado al desastre a través de declaraciones insostenibles y denigratorias de las mujeres.
A partir de aquí, y desde la convicción de que jamás he escuchado ni escucharé a Darrechi, alguna matización.
Me parece perfecto que el IB Dona que por fin tiene una responsable a la altura se querelle contra Darrechi.
Sin embargo, y como periodista, no puedo aplaudir que se cierre ningún canal de difusión, aunque lo encabece el influencer.
Y aprovecho la oportunidad para recordar que el IB Dona nunca se personó en la investigación sobre el asesinato de Lucia Patrascu, horas después de acudir un cuartel de la Guardia Civil.
Y tampoco intervino el IB Dona en el caso del catedrático de la Universitat que coaccionó a una profesora subordinada.
Con los influencers, todo es más fácil.




