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Condenado a más de seis años de cárcel tras entrar a tiros en una pedida de mano

Un suceso en el que están involucradas dos familias de etnia gitana y en el que resultaron heridos un hombre y una menor

Juan Paulo G., miembro del clan gitano de 'Los Morones, en la vista / Salvador Sas. EFE

Juan Paulo G., miembro del clan gitano de 'Los Morones, en la vista

Vigo

La justicia ha condenado a seis años y seis meses de prisión  al hermano de Sinaí Giménez, autoproclamado como 'príncipe de los gitanos de Galicia', después de que hubiese irrumpido junto a otro varón en un local de O Porriño donde se estaba celebrando una pedida de mano, y haber efectuado varios disparos que acabaron hiriendo a un hombre y a una menor de edad.

La sentencia impone a Juan Paulo G. dos penas de dos años y seis meses de prisión por los delitos de lesiones, y otro año y medio más por tenencia ilícita de armas. El otro acusado, que presuntamente había trasladado en coche a Giménez al lugar de los hechos, ha quedado absuelto al no resultar acreditada su participación en el suceso. Durante la vista oral el condenado negó ser el autor del tiroeto y su defensa presentó varias facturas que lo situaban en Sevilla esos días.

La magistrada asegura que, “pese a la animadversión recíproca derivada del enfrentamiento de ambos clanes”, resulta “creíble” la versión de los asistentes a la pedida de mano “por la inmediatez de sus primeras declaraciones, todas coincidentes en identificar al acusado, sin ninguna duda, ya desde el primer momento”. Así, la jueza insiste en que sería “verdaderamente difícil” que se hubieran concertado todos los testigos “para declarar en un determinado sentido apenas una hora después del suceso”.

La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra destaca que el autor de los disparos “actuó con conciencia del riesgo que creaba, cuanto menos para la integridad física de las personas que se encontraban en el lugar, y, a pesar de ello, ejecutó su acción, siendo además conocedor de primera mano de los peligros que comportan las armas, ya que afirmó en el plenario que le encantan y que las identifica a kilómetros”.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 19 de mayo de 2019, cuando Juan Paulo G.J. y Rafael G.F., acudieron hasta las inmediaciones del centro multiúsos del Ayuntamiento de O Porriño. En el lugar se estaba celebrando una pedida de mano con la participación de familias y allegados del colectivo de los 'gitanos zamoranos'.

Una vez allí, prosigue el escrito, "con la intención de menoscabar la integridad física de las personas que allí se encontrasen y portando una pistola con calibre 9 milímetros", Juan Paulo G.J., hermano mayor del llamado 'clan de los Morones', "se situó en el pasillo de entrada del local y apuntó de forma oblícua hacia el techo y hacia delante, llegando a disparar en varias ocasiones". Como consecuencia de estos disparos, dos de los proyectiles "rebotaron" impactando en un varón, que sufrió lesiones en un hombro, y en una joven menor de edad, que sufrió lesiones en la cara, precisando ambos intervenciones quirúrgicas y presentando ambos como consecuencia cicatrices y diversas secuelas.

Los llamados 'gitanos zamoranos' y el 'clan de los Morones' mantienen desde hace años un enfrentamiento, en el que se han vivido varios episodios de tensión: en 2014 la familia de 'los Morones' decretó la expulsión de Galicia de los 'gitanos zamoranos', aunque luego se llegó a un pacto para su regreso y para buscar una convivencia pacífica. Sin embargo, la tregua duró poco y, en octubre de 2015, varios vehículos de feriantes fueron tiroteados en la VG-20, solo días después de que se produjera una reyerta entre 'gallegos' y 'zamoranos' en el mercadillo de Cangas. Los incidentes se reprodujeron también posteriormente en la feria de Redondela.

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