Virginia Barea: "Muchos han muerto sin poder encontrar a sus familiares, pero sus nietos continúan buscando"

Córdoba

En Andalucía hay 708 fosas con más de 45.500 víctimas de la Guerra Civil y la posguerra. En el caso de la provincia de Córdoba donde existen 79 fosas con más de 5.000 represaliados solo hay 26 exhumadas y 18 dignificadas.

La arqueóloga Virginia Barea dirige tres acuaciones que se tuvieron que parar en años anteriores por falta de fondos y que ahora se retoman con el impulso económico de la Federación Española de Municipios y Provincias, y el empeño de asociaciones memorialistas como Aremehisa de Aguilar de la Frontera.

Los trabajos de su presidente Rafael Espino, ya marcaron hace años, a través de la investigación y de la recuperación de testimonios orales, los lugares en los que se sepultaron a los represaliados, tanto en los cementerios como fuera de ellos, en las fincas cercanas a los caminos, por donde los arrestados eran conducidos a las cárceles de la provincia.

En el cementerio de Aguilar de la Frontera se busca una fosa común en la que se encontarían los cuerpos de vecinos y vecinas de Aguilar asesinados en 1.936, según el testimonio de Manuela Molina, que fue testigo directo de los hechos.

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Los trabajos que dirige Virginia Barea, tratan de localizar exactamente esa fosa que contiene a las víctimas, ya que no está localizada dentro de las llamadas "fosas de caridad" del cementerio, donde se enterraban de forma común en aquella época a todas las personas que carecían de recursos.

No es esta la única intervención. En Monturque el equipo de Barea comenzará a buscar esta semana en la Estacada de Los Muertos, una finca en el término municipal para localizar las fosas donde se cree que pueden hallarse los cuerpos de personas represaliadas de Luque, Cabra, Carcabuey y Doña Mencía.

Y paralelamente a esto el equipo trabaja en una fase de investigación en el Cementerio de Peñarroya para tratar de localizar los cuerpos de Amadeo Molina, José Balsera y Santiago Cáceres.

AREMEHISA COORDINA LOS TRABAJOS

Los trabajos están coordinados por Aremehisa. Con el paso de los años los cementerios han cambiado. Se ha construido encima de las construcciones que ya existían, y eso hace a veces inviable cuaqluier intervención.

Historiadores, arqueólogos y antropólogos forenses tratan de recomponer un puzle incompleto, porque cada ez quedan menos testigos y apenas testimonios.

"Es una pena. Hace once años que empezamos las excavaciones en Aguilar de la Frontera, muchos de esos familiares directos ya han muerto porque ha pasado mucho tiempo. Ahora quedan sus nietos para seguir reclamándolos", explica Virginia Barea.

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