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¿Qué hacer en caso de picadura de una medusa?

La medusa más peligrosa y que nos podemos encontrar en aguas gallegas o españolas es la la Carabela portuguesa

Imagen de una medusa / Cadena Ser

Vigo

Las picaduras son producidas por los cnidocitos, células con una estructura característica que, por su localización en la epidermis, reaccionan de forma automática al contacto con otros animales, disparando una especie de dardo que, si consigue traspasar la piel, inyecta el líquido urticante que contiene. Se denomina picadura por la sensación que causa al contactar con la piel humana, de dolor punzante e intenso similar a la picadura de abeja o una quemadura.

El cnidocito dispone de una estructura llamada nematocisto, una cápsula que contiene el líquido urticante, el cual se inocula gracias a un resorte semejante al de un muelle disparado de forma mecánica al menor estímulo táctil o químico. Por ello las picaduras se pueden producir aún cuando la medusa se encuentre muerta en la orilla o incluso en los tentáculos desprendidos. Las células se disparan por un shock térmico (temperatura) u osmótico (salinidad del agua). Al ser la temperatura corporal muy superior a la del agua de mar, esta diferencia es suficiente para que las células se disparen.

Las manifestaciones más comunes de las picaduras son dolor inmediato, picor intenso en la zona afectada, eritema, edema, petequias y pequeñas vesículas con posible pustulación y descamación. En escasas ocasiones la sintomatología tiene un carácter general como náuseas, vómitos y calambres musculares. En los casos más graves se puede producir pérdida de conciencia con el consiguiente riesgo de ahogamiento. La mayoría de las lesiones dermatológicas desaparecen espontáneamente a los pocos días, aunque las molestias pueden persistir algunas semanas o meses en los casos más graves.

Los primeros cuidados tras la picadura urticante con medusas van dirigidos a inactivar los cnidocitos que hayan podido quedar adheridos a la zona afectada, la extracción de restos que puedan contenerlos, mitigar el dolor y procurar la desinfección de las lesiones. Estas actuaciones pueden resumirse en los siguientes consejos

- NO RASQUES o frotes la zona afectada, ni siquiera con una toalla o arena.

- Lava la zona con agua marina, NUNCA con agua dulce.

- Quita los restos o trozos con pinzas, o si lo haces con la mano, que esté protegida.

- Para aliviar el dolor aplica frío, durante unos 15 minutos, sin frotar. Si usas hielo evita el contacto directo con la piel. Una solución fácil es utilizar bolsas de plástico con trozos de hielo en su interior.

- No apliques amoniaco, vinagre u orines.

- Los niños, personas mayores o aquellas con alergias que resulten afectados, pueden necesitar una atención especial.

- En caso de observarse síntomas como náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares, cefaleas o malestar generalizado, acude al hospital más próximo, e informa, si es posible, del tipo de medusa que produjo la picadura.

- Desinfecta la herida con alcohol yodado 2 ó 3 veces al día durante 48 a 72 horas.

- Hay que tener presente que, normalmente, queda una herida abierta y que ésta se puede infectar. Por tanto, es necesario proteger la herida con pomadas antihistamínicas hasta que la herida cicatrice.

De entre las especies que podemos encontrar en las costas españolas, posiblemente la más peligrosa pueda ser la Carabela portuguesa (Physalia physalis)

 
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