HLA Santa Isabel te ayuda a cuidar la salud de tus hijos en verano
EL Dr. Pedro de León Molinari, jefe del Departamento de Pediatría de la Clínica HLA Santa Isabel, nos habla sobre los niños y el verano: picaduras, quemaduras, golpes de calor...
Sevilla
El verano es sinónimo de vacaciones, playa, piscina, relax y nuevas actividades al aire libre para los más pequeños de la casa. Para evitar que las urgencias hospitalarias se convierten en parte del itinerario, a causa de episodios de deshidratación, picaduras o quemaduras de todo tipo, el Dr. Pedro de León, jefe del servicio de pediatría de la Clínica HLA Santa Isabel responde a las dudas más típicas a las que se enfrentan los padres durante esta época.
Algo que preocupa en estas fechas es el golpe de calor. El profesional advierte que hay que llevar especial cuidado con los niños más pequeños (menores de 4 años) porque su temperatura corporal sube más rápido que la de los adultos: “Hay que prestar atención a los siguientes síntomas: mareos, vómitos, fiebre superior a 40⁰C, cefalea o irritabilidad y taquicardia. En los casos más extremos, también se pueden presentar episodios de desmayo o pérdida de conciencia".
¿Qué hacer? “La rápida actuación es primordial, -sigue diciendo el doctor- ya que si no se trata rápidamente puede desencadenar algo más grave. Hay que colocarlo tumbado boca arriba en un sitio alejado del sol y fresco y ventilado; aflojar su ropa; colocar compresas de agua fría en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho; no sumergir al menor en agua helada; si el niño está consciente y sin vómitos, darle de beber agua fría o una bebida isotónica y si está inconsciente, avisar al 112 e iniciar la reanimación; y finalmente, trasladar al niño al hospital lo antes posible.
Playa, piscina... ¡Y quemadura! También muy normal en verano, el doctor de León nos dice que “no todas las quemaduras son iguales”.
Las leves presentan enrojecimiento de la piel que además está caliente al tacto. Puede estar acompañado de dolor y/o picor en la zona afectada. En cambio, si la quemadura es grave puede presentar dolor más agudo, cosquilleos, hinchazón, ampollas, erupción cutánea, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, fiebre y escalofríos. Ante estas situaciones más severas, hay que llevar al niño a urgencias.
Lo primero que debemos hacer si nuestro hijo se quema es retirarlo inmediatamente del sol. A continuación, hay que bañar al niño en agua fresca (sin utilizar jabón para evitar la irritación) y secarlo sin frotar la piel, sino dando leves golpecitos. Además, tal como advierte el pediatra del HLA Santa Isabel, aquí tampoco podemos olvidarnos de la hidratación, por ello deben beber agua de manera abundante durante los 3 días posteriores y una vez que el calor y la rojez de la piel empiecen a remitir se pueden aplicar lociones hidratantes, preferiblemente con vitamina E o de Aloe Vera.
No hay verano en que las medusas no tengan su momento protagónico. El Dr. Pedro de León advierte que “los remedios para paliar los síntomas de su picadura están rodeados de mitos basados en las tradiciones populares”. Como, por ejemplo, orinar en la herida, que en realidad tiene un efecto contraproducente porque causaría mayor irritación y acabaría picando más. Tampoco hay que utilizar agua dulce, ya que se puede extender la lesión, ni aplicar barro porque puede producirse una infección. No se recomienda emplear jabón y alcohol ya que irritaría más la zona y extendería la reacción urticariante que produce el veneno de la medusa.
Lo que sí se aconseja es el uso de una disolución de bicarbonato al 50% con agua del mar para limpiar y retirar los tentáculos que pudieran quedar. El hielo se puede utilizar, pero después de haber limpiado la lesión, y además se podría aplicar una crema de corticoides y antihistamínicos orales, nunca locales, porque estos son fotosensibilizadores y por tanto sensibilizarían más la piel y podrían producir otras lesiones. Tampoco olvidar utilizar foto protección en las heridas que han quedado, ya que se trata de una piel nueva que hay que proteger. Y en el caso de reacciones secundarias, como la aparición de más lesiones, un malestar general o una respiración irregular, hay que acudir al hospital.
Pero, sin duda, el corte de digestión es el que más mitos arrastra, e incluso a día de hoy, todavía es muy común creer que para evitar sufrir uno hay que prohibir a los niños a darse un chapuzón después de comer.
Pero en cambio, tal como concluye el jefe del área de pediatría de HLA Santa Isabel, “las causas de su aparición son otras, como el cambio brusco de temperatura. Así que más que controlar el tiempo después de la comida, se debe controlar que la temperatura de la piscina o del mar no esté demasiado fría. Y si lo está no significa que los más pequeños se deban quedar sin su ansiado remojo, sino que “debes enseñar a tu hijo a entrar poco al agua y a ir acostumbrando al cuerpo a esa temperatura más baja mojando antes brazos y nuca”.
Además, el corte de digestión también puede aparecer tras realizar una comida demasiado copiosa o rica en grasas y azúcar, al hacer ejercicio, al sudar mucho o al tomar demasiado sol tras la comida. Escuche aquí la entrevista completa al doctor Pedro de León Molinari, jefe del Departamento de Pediatría de la Clínica HLA Santa Isabel:
Hla Santa Isabel: HLA Kids
10:32
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