Sant Josep ya controla el aforo de las principales playas del municipio

Sant Josep de sa Talaia

El Ayuntamiento de Sant Josep implanta un sistema de control de la afluencia de bañistas en las playas. Este sistema funciona desde el pasado fin de semana y combina tanto el despliegue de un equipo de controladores sobre el litoral del municipio como la tecnología de sensores que evalúa la cabida de las playas más visitadas del municipio en tiempo real, como el que ya se probó de manera piloto durante la temporada pasada.

El coste de esta vigilancia del litoral es de 104.000 euros por año, prorrogables un segundo ejercicio si el sistema del Consell no se llega a implantar tampoco para el próximo verano.

El sistema de control mixto por que se ha optado combina por un lado los sensores de aforo en las playas de Cala Bassa, Platges de Comte, Cala Vedella y Cala d'Hort. Por otro lado, habrá un equipo de informadores de medidas sanitarias y control de aforo desplegados en las playas. Se trata de cinco personas que estarán repartidas una en Cala Bassa, una en Comte, una en Cala d'Hort y dos en ses Salines, aunque se desplazarán en función de las necesidades.

El sistema de sensores de movimiento en ningún caso registra o capta imágenes de las personas que hay en la playa. Estos sensores disponen de un sistema de megafonía que permite difundir los mensajes que se estimen pertinentes. Los datos que recojan estos sensores se envían a una plataforma telemática que permite gestionar la información a los responsables municipales para actuar rápidamente según la saturación en las playas.

En cuanto a los informadores, además de su labor de contraste de los datos también prestan especial atención al cumplimiento de las medidas sanitarias por parte de los usuarios de la playa haciendo las recomendaciones oportunas (principalmente mantenimiento de las distancias de seguridad). Además, estas personas serán las responsables en caso de tener que proceder al cierre de alguna playa de instalar las barreras correspondientes e informar a los usuarios de la situación.

Junto con el desarrollo del sistema en los puntos costeros de mayor afluencia de personas, se ha implantado un protocolo de control de cabida a las playas, en el que en el momento que se alcanza un porcentaje de aforo del 75% a través de la megafonía existente en las playas (bien la de los sensores o a través del servicio de salvamento y socorrismo) se empieza a avisar a los usuarios de las playas que se está llegando a niveles de ocupación elevada, solicitando extremar las medidas de seguridad. Al llegar a niveles cercanos al 100% se procede al cierre de los accesos directos a las playas a través de vallas con cartelería informativa.