El Alcorcón frena la incorporación de Zozulia por la oposición de las peñas
Hace unos días la incorporación de Zozulia parecía que sería cuestión de horas pero debido al revuelo mediático generado se ha decidido paralizar la operación
Móstoles
La incorporación del delantero ucraniano Roman Zozulia, libre tras jugar las últimas cuatro temporadas en el Albacete, se ha frenado por parte del Alcorcón debido a la oposición generada entre las peñas alfareras que no quieren a un jugador con "ideología fascista".
Hace unos días la incorporación de Zozulia parecía que sería cuestión de horas pero debido al revuelo mediático generado entre la afición alfarera, el Alcorcón, según informan fuentes del club, ha decidido paralizar la operación y, de momento, estudiar bien la situación para decidir si incorpora al jugador o busca otras alternativas para reforzar su delantera.
"La federación la forman las peñas, no es un órgano independiente, así que creemos que no era tan difícil de entender que cuando hay variedad de opiniones dentro de un colectivo en la forma de proceder lo más sano es que cada uno se pronuncie como considere, pero todos coincidimos en algo. Es una cagada de producirse, genera división, bronca... Lo que faltaba", escribió en sus redes sociales la Federación de Peñas del Alcorcón.
Otras peñas como la 'Sección Petaka' fue más tajante: "El jugador Roman Zozulia no es un patriota sin más, es un fascista que apoya al Batallón Azov, grupo paramilitar nazi ucraniano. Este individuo no tiene cabida ni en nuestro club ni en nuestra ciudad. Su ideología choca frontalmente con nuestros valores".
También la Peña La Previa mostró su rechazo al fichaje de Zozulia: "Consideramos un error para el Alcorcón el fichaje de un jugador que ha publicado fotos con numerología nazi y apoyando a formaciones ultras y fascistas de su país, incompatibles con los valores de tolerancia y respeto que promueve el deporte".
Esta misma situación producida en el entorno del Alcorcón ya ocurrió en enero de 2017, cuando Zozulia llegó al Rayo cedido por el Betis. La oposición que mostraron la gran mayoría de peñas del equipo madrileño, que criticaron la ideología del jugador al publicar unas fotos en sus redes sociales, provocó que el futbolista, a los pocos días de su llegada, y sin entrenar ni jugar, regresara a Sevilla, siendo calificado por la afición rayista de "fascista".