El 'Puente Bizkaia', cada día más sostenible
En la estructura se instalarán placas solares y generadores eólicos autónomos
Puente Bizkaia: 15 aniversario Patrimonio Mundial Unesco
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Bilbao
Una de las imágenes emblemáticas de Bizkaia cumple 128 años de vida, 15 de Patrimonio Mundial y 10 de las obras de restauranción, entre las que se encontró el cambio de color a su conocido rojizo Vena Somorrostro. “Estamos contentos, porque el tema del confinamiento y la pandemia ha sido tremendo. Ver el puente vacío nos entristecía mucho. El puente es una estructura bellísima pero realmente quien le da vida somos las personas. Que vuelva a haber gente es una alegría”, ha explicado esta mañana en Hoy por Hoy, Marta Uriarte, directora del puente.
El Puente Bizkaia, también conocido como “el Puente Colgante”, fue construido en 1893 con el fin de unir las dos márgenes de la ría. Esta estructura vasca fue el primer puente transbordador con estructura metálica de todo el mundo, un coloso que sigue ejerciendo como uno de los nexos de unión más importantes y eficaces entre las orillas del Nervión. Cada día, cientos de vehículos y personas son transportados en las barquillas de este puente que une los núcleos urbanos de Portugalete y Areeta, “Portugalete no se concibe hoy en día sin el puente colgante. Cuando alguien habla del puente, Portugalete siempre sale a la palestra. Pero para muchos turistas es un gran desconocido, por eso intentamos siempre animar a la gente a que venga”, ha afirmado Mikel Torres, alcalde de la localidad.
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En su afán por conseguir la mayor sostenibilidad posible de la estructura, Javier Goitia, Ingeniero jefe del puente de Bizkaia, ha anunciado la intención de remodelar la barquilla y dotarla de energía solar y molinos eólicos autónomos. “Este trabajo será especial por el sitio donde está. Hacer eso en una barquilla que está colgada en el aire, a la que no se accede fácilmente, y en la que está continuamente pasando gente va a ser complicado. En la estructura se instalarán unas placas solares y unos generadores eólicos que no necesitan girar y que serán eficientes”. El proyecto supondrá una inversión de hasta 600.000 euros y estaría planeado acabarlo en 2023. “Todavía nos falta la financiación pero sería un reclamo interesante ver como una estructura centenaria se adapta al paso del tiempo y cómo un medio de transporte puede ser sostenible, resiliente y no contaminante”, ha concluido.